El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, enfrenta críticas severas por parte del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien advierte que las políticas del líder armenio podrían llevar a su nación hacia un desastre. Durante una reciente conferencia de prensa, Lukashenko calificó el acercamiento de Yerevan a la Unión Europea como un “juego extremadamente peligroso”, sugiriendo que Pashinyan “está rodeado de enemigos” y que su estrategia podría resultar perjudicial para Armenia.
Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán han aumentado considerablemente tras la recuperación por parte de Bakú de la región de Karabaj en otoño de 2023, lo que provocó la huida de la mayoría de la población de etnia armenia hacia Armenia. En este contexto, Pashinyan ha manifestado su intención de fortalecer los lazos con la Unión Europea y otros países occidentales, buscando incluso la posibilidad de un referéndum sobre la adhesión a la UE.
Relaciones Internacionales y Seguridad
En su búsqueda de nuevas alianzas, Armenia ha estado explorando la posibilidad de recibir apoyo militar de Francia, que ha ofrecido garantizar la seguridad del país. Además, Yerevan ha mostrado interés en reducir la influencia de Rusia en la región, renunciando a la protección de tropas rusas en su frontera con Irán. Esta estrategia ha suscitado la preocupación de Lukashenko, quien considera que Pashinyan está “pitiendo a Rusia contra sí mismo” y que su enfoque podría llevar a una mayor inestabilidad en el Cáucaso.
Por su parte, el presidente bielorruso instó a Pashinyan a “calmarse” y a reconsiderar su rumbo, advirtiendo que las acciones de Armenia podrían desencadenar un nuevo conflicto en la región. Lukashenko también ha rechazado las acusaciones de que Bielorrusia apoya a Azerbaiyán en su enfrentamiento con Armenia, afirmando que su país busca “apoyar el sentido común” y evitar una guerra.
El contexto geopolítico en el que se encuentra Armenia es complejo, con relaciones tensas no solo con Azerbaiyán, sino también con países vecinos como Georgia y Turquía, este último tradicionalmente aliado de Bakú. La búsqueda de Pashinyan de un acercamiento a Occidente ha sido criticada por Rusia, que advierte que tal alineación podría llevar a Armenia a renunciar a sus tradiciones y vínculos comerciales en la región, lo que sería considerado un “suicidio nacional”.
En este escenario, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos en Armenia, donde las decisiones del gobierno de Pashinyan podrían tener repercusiones significativas no solo para el país, sino también para la estabilidad del Cáucaso en su conjunto.
