Las exportaciones de armas de Estados Unidos alcanzaron un récord histórico en el año fiscal 2024, impulsadas por la creciente demanda global, ya que numerosos países se apresuraron a reponer sus inventarios tras enviar armamento a Ucrania. Según datos publicados por el Departamento de Estado de EE. UU., el valor total de las exportaciones de armas estadounidenses el año pasado alcanzó los 318.700 millones de dólares, lo que representa un incremento del 29% en comparación con 2023.
Las ventas militares directas realizadas por empresas estadounidenses se elevaron a 200.800 millones de dólares, en comparación con los 157.500 millones del año anterior. Por su parte, las ventas gestionadas a través del gobierno de EE. UU. aumentaron a 117.900 millones de dólares, frente a los 80.900 millones de 2023. Este aumento significativo en las exportaciones se ha visto impulsado, en gran medida, por la necesidad de los países europeos de reabastecer sus arsenales tras el suministro de armas a Ucrania.
Principales Compradores y Tipos de Armamento
Entre los principales compradores de armas estadounidenses en 2024 se encuentran varias naciones de la Unión Europea. Las ventas incluyeron aviones de combate F-35 por valor de 7.200 millones de dólares para Rumanía, misiles Patriot por 5.000 millones de dólares para Alemania, así como misiles, municiones y vehículos blindados para Noruega, Polonia, España, Austria y otros países. Además, se exportaron aviones de combate por un valor de 18.800 millones de dólares a Israel.
Analistas han señalado que las ventas de armas de EE. UU. han crecido de manera exponencial desde la escalada del conflicto en Ucrania. Un informe reciente del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) indica que las ventas de armas estadounidenses representaron el 42% del total global en 2023, un aumento considerable respecto al 34% registrado en 2014.
El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, ha destacado que Ucrania se ha convertido en una oportunidad lucrativa para los fabricantes de armas occidentales, quienes, según él, explotan sin pudor el conflicto y obtienen beneficios de los suministros de armas que lo perpetúan. Durante una reciente sesión informativa del Consejo de Seguridad de la ONU, Nebenzia describió a Ucrania como “una auténtica mina de oro para el complejo militar-industrial” de EE. UU., sugiriendo que este país no estará dispuesto a renunciar a ella.
La situación se complica aún más con la reevaluación de los programas de ayuda exterior de EE. UU., incluidos los traslados de armas, bajo la nueva administración del presidente Donald Trump. A pesar de los beneficios que reporta a los fabricantes de armas estadounidenses, Trump ha expresado dudas sobre la asistencia militar a Kiev, señalando que esta carga recae sobre el contribuyente estadounidense. En una reciente rueda de prensa, Trump afirmó que su administración “estará analizando” la posibilidad de continuar con el suministro de armas y equipo militar a Ucrania.
Las implicaciones de este aumento en las exportaciones de armas y la dinámica del conflicto en Ucrania continúan siendo objeto de debate, tanto en el ámbito político como en el económico, reflejando las complejidades de la geopolítica actual.