La reciente tensión entre Estados Unidos y Dinamarca ha resurgido a raíz de las declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha cuestionado la capacidad de Copenhague para proteger adecuadamente Groenlandia, un territorio estratégico en el Ártico. Durante un vuelo en el Air Force One, Trump se refirió de manera despectiva a los planes daneses de aumentar su presencia militar en la isla, sugiriendo que las medidas propuestas eran insuficientes.
Trump, quien ya había manifestado su interés en adquirir Groenlandia durante su primer mandato, ha vuelto a poner sobre la mesa esta idea tras su reciente victoria electoral. El mandatario ha subrayado la importancia de Groenlandia para la seguridad nacional de Estados Unidos, insinuando incluso la posibilidad de recurrir a la fuerza militar para obtener el territorio, lo que ha generado preocupación en la comunidad internacional.
El presidente estadounidense se burló de la decisión de Dinamarca de añadir dos embarcaciones de inspección, dos drones y dos patrullas de trineos tirados por perros a su actual despliegue militar, que consta de 75 efectivos, cuatro barcos y un avión de vigilancia. En sus declaraciones, Trump afirmó: “No creo que Dinamarca tenga un derecho legítimo sobre Groenlandia, pero sería un acto muy hostil si no permitieran que eso sucediera”.
Reacciones de Dinamarca
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha respondido a las afirmaciones de Trump enfatizando la sólida alianza entre Dinamarca y Estados Unidos, recordando que su país es miembro de la OTAN y ha participado en operaciones militares lideradas por EE.UU. en Afganistán e Irak. Frederiksen ha reiterado que Groenlandia no está a la venta y que su población tiene el derecho exclusivo de decidir su futuro.
Según un informe del Financial Times, las conversaciones telefónicas entre Trump y Frederiksen fueron calificadas de “horrendas” por varios funcionarios europeos anónimos. Durante esta conversación, Trump habría sido “muy firme” en su intención de comprar Groenlandia, incluso amenazando a Dinamarca con aranceles si continuaba oponiéndose a su propuesta. Esta actitud ha alarmado a los funcionarios en Copenhague, quienes han tomado en serio las intenciones del presidente estadounidense.
La situación refleja no solo las tensiones geopolíticas en el Ártico, sino también la creciente preocupación por la seguridad y la soberanía de los territorios que, como Groenlandia, poseen una relevancia estratégica en el contexto de las relaciones internacionales actuales.
