La investigación experimental es fundamental para el campo de la criminología, aunque alcanzar un consenso sobre las evidencias rigurosas y su aplicación para determinar la efectividad de los programas sociales sigue siendo un desafío. En un artículo reciente, Nancy La Vigne, exdirectora del Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos, propone un nuevo marco que busca situar tanto el papel de la evaluación rigurosa como sus resultados en un entendimiento más sólido de la efectividad de las intervenciones en el ámbito social.
La Ley de Titanio de la Evaluación
De acuerdo con La Vigne, cuanto más deliberada sea la implementación de un programa social, mayor será la probabilidad de que logre el impacto deseado. «La implementación deliberada puede enriquecer nuestra comprensión de lo que constituye una intervención efectiva y qué factores explican cada resultado», afirma la criminóloga. Este enfoque, según ella, es esencial para guiar la formulación de políticas y las inversiones en programas por parte de agencias gubernamentales y entidades filantrópicas.
La Vigne argumenta que un debate reciente sobre la evaluación rigurosa en criminología ha sido impulsado por un artículo de Megan Stevenson, quien sostiene que los ensayos controlados aleatorios (RCTs) a menudo producen resultados nulos y que las intervenciones previamente consideradas efectivas a menudo fallan en replicarse. Stevenson sugiere que estos resultados nulos se deben a que el sistema de justicia penal requiere cambios sistémicos que no pueden ser capturados por los RCTs.
Una de las contribuciones más significativas de La Vigne es la introducción de la Ley de Titanio de la Evaluación, que resalta la importancia de la implementación deliberada, definida por la adherencia a la fidelidad del modelo y la aplicación al contexto local. Estos elementos suelen estar insuficientemente abordados en las evaluaciones de intervenciones en el ámbito de la justicia penal.
Para ilustrar la importancia de medir la fidelidad en la implementación, La Vigne presenta dos estudios de caso: el programa Honest Opportunity Probation with Enforcement en Hawái, diseñado para aplicar sanciones rápidas y seguras a personas en libertad condicional con trastornos por consumo de sustancias, y el Centro de Oportunidades Laborales, uno de los programas más grandes de empleo para personas que reintegran a la sociedad tras la encarcelación en Estados Unidos.
La Vigne concluye que la Ley de Titanio enfatiza la necesidad de un entendimiento matizado de los procesos de implementación, promoviendo evaluaciones colaborativas que consideren tanto la fidelidad como el contexto local, elementos clave en la ciencia de la implementación. Recomienda integrar estos principios en los currículos de criminología y fomentar asociaciones entre investigadores y profesionales para mejorar los resultados de las evaluaciones, lo que puede contribuir de manera significativa a la seguridad pública.
