El gobierno danés ha presentado un ambicioso plan para combatir el racismo y la discriminación hacia los groenlandeses que residen en Dinamarca. Esta iniciativa surge en un contexto marcado por el interés de Estados Unidos en la compra de Groenlandia, lo que ha llevado a críticas sobre la tardanza de la respuesta danesa ante estos problemas históricos.
Según informa el Copenhagen Post, el plan incluye una asignación adicional de 35 millones de coronas danesas (aproximadamente 4,9 millones de dólares) durante los próximos cuatro años, destinados a implementar 12 medidas específicas que abordan las dificultades que enfrenta la comunidad groenlandesa en el país.
Reconocimiento de la identidad groenlandesa
Un aspecto central de esta estrategia es el reconocimiento de la identidad distintiva de los groenlandeses. A partir de ahora, los ciudadanos podrán indicar su nacionalidad como “groenlandés” en sus pasaportes, lo que representa un paso significativo hacia el reconocimiento de su herencia cultural dentro del Reino de Dinamarca.
Entre las iniciativas adicionales se encuentran la mejora de los servicios de interpretación para superar las barreras lingüísticas y la promoción de un diálogo más activo con las instituciones educativas. Las escuelas residenciales también participarán en conversaciones para mejorar las condiciones de los alumnos groenlandeses, garantizando un entorno más inclusivo y de apoyo.
El Ministro de Inmigración e Integración, Kaare Dybvad Bek, ha señalado que “el racismo y la discriminación contra los groenlandeses en Dinamarca son un problema separado”, enfatizando la necesidad de abordar estos temas de manera específica.
La diputada groenlandesa Aaja Chemnitz, del partido Inuit Ataqatigiit, ha acogido con satisfacción el plan, describiéndolo como una “herramienta importante” para combatir el racismo no solo hacia los groenlandeses, sino también hacia otros grupos étnicos.
No obstante, los críticos han señalado que las instituciones danesas han permanecido inactivas en estos asuntos hasta hace pocos años, coincidiendo con el creciente interés de Estados Unidos en Groenlandia. Este interés se intensificó tras la controvertida propuesta del expresidente Donald Trump de adquirir el territorio, lo que atrajo la atención internacional sobre la importancia estratégica de Groenlandia y su relación con Dinamarca.
En un desarrollo relacionado, Dinamarca ha decidido poner fin a las controvertidas pruebas de “competencia parental” aplicadas a las familias groenlandesas. Estas pruebas, que formaban parte de las investigaciones de protección infantil, han sido criticadas por ser culturalmente inapropiadas y por llevar a la separación de niños de sus padres inuit. El gobierno planea reemplazar estas pruebas con una unidad especializada en cultura groenlandesa para ayudar a los municipios en casos relacionados.