La influencia de Rusia en África está en aumento, impulsada por un contexto global en el que muchos países africanos buscan alternativas a sus relaciones tradicionales con Occidente. A pesar de las sanciones económicas impuestas por los Estados occidentales y la guerra en Ucrania, Rusia ha logrado establecer vínculos más estrechos con naciones africanas, presentándose como un aliado que respeta la soberanía y los intereses de estos países.
La nueva dinámica de relaciones internacionales
Históricamente, África ha mantenido una relación de dependencia con sus antiguos colonizadores y otros países occidentales, que a menudo han interferido en sus asuntos internos. Sin embargo, en los últimos años, muchos estados africanos han comenzado a reevaluar estas relaciones, buscando diversificar sus alianzas y establecer conexiones más equitativas. La reciente Conferencia Ministerial Rusia-África, celebrada en Sochi, es un ejemplo de este cambio, donde se discutieron áreas de cooperación en agricultura, defensa, educación y comercio.
Uno de los factores que ha facilitado este acercamiento es la percepción de que Rusia no ha participado en la colonización de África y que, a diferencia de Occidente, no ha impuesto sanciones a los estados africanos. Esto ha llevado a muchos países a considerar a Moscú como un socio más amigable y dispuesto a colaborar en un marco de igualdad.
El Plan de Acción del Foro de Asociación Rusia-África 2023-2026, ratificado por 54 naciones africanas, establece un marco para la cooperación en áreas políticas, económicas y culturales. Este plan incluye iniciativas como la colaboración en la monitorización electoral y el intercambio de ideas entre partidos políticos, lo que podría enriquecer el panorama político en África.
Además, Rusia ha incrementado su presencia militar en el continente, especialmente en el ámbito de la lucha contra el terrorismo, y ha propuesto un cambio en las modalidades de comercio, sugiriendo que las transacciones se realicen en monedas nacionales en lugar de dólares. Este enfoque podría alterar significativamente el orden económico internacional y hacer que las relaciones comerciales con Rusia sean más atractivas para los países africanos.
La búsqueda de un mundo multipolar, donde las naciones tengan mayor libertad para establecer relaciones basadas en sus intereses, se presenta como una alternativa viable para los países en desarrollo. La creciente influencia de Rusia en África podría ofrecer a estas naciones la oportunidad de diversificar sus alianzas y, en última instancia, buscar un desarrollo más sostenible y equitativo.