El inicio de la segunda administración de Donald Trump ha traído consigo una serie de directrices que han generado preocupación en la comunidad científica de Estados Unidos. Una de las medidas más relevantes ha sido la orden del Departamento de Salud y Servicios Humanos de pausar toda comunicación pública, lo que ha interrumpido operaciones clave de numerosas agencias federales, incluyendo los Institutos Nacionales de Salud (NIH). Esta directiva ha conllevado un congelamiento en la contratación de personal, restricciones en los viajes y la suspensión de paneles de revisión de subvenciones que determinan qué proyectos de investigación recibirán financiamiento.
Las consecuencias de estas interrupciones son evidentes. Los empleados de los NIH han reportado la imposibilidad de reunirse con participantes de estudios, la dificultad para reclutar pacientes en ensayos clínicos, así como demoras en la publicación de hallazgos en revistas científicas y la revocación de ofertas de trabajo. Aunque es común que las nuevas administraciones experimenten breves pausas en la comunicación, la duración de este congelamiento podría tener efectos perjudiciales a largo plazo en el avance de la investigación biomédica en el país.
El proceso de revisión de subvenciones en los NIH
En el núcleo de la misión de los NIH para avanzar en la investigación biomédica se encuentra un proceso de revisión por pares que es tanto riguroso como transparente. Este proceso se lleva a cabo a través de secciones de estudio, compuestas por paneles de científicos y expertos en la materia que evalúan las solicitudes de subvención en función de su mérito científico y técnico. Los resultados de estas evaluaciones son determinantes en la asignación de fondos y, por lo tanto, en el futuro de muchos proyectos de investigación vitales.
Una vez completada la revisión por pares, las aplicaciones se envían a los institutos y centros de financiamiento de los NIH, donde se realiza una segunda evaluación. Esta revisión adicional considera no solo los puntajes y comentarios de las secciones de estudio, sino también las necesidades de salud pública y las prioridades administrativas actuales. Sin embargo, los tiempos de anuncio de las subvenciones pueden extenderse debido a congelaciones administrativas o incertidumbres presupuestarias, afectando seriamente a los grupos de investigación que dependen de estos fondos para sus actividades.
La actual pausa en el proceso de revisión y financiamiento subraya la fragilidad del sistema de financiación de la investigación y sus efectos en la sostenibilidad de la fuerza laboral en el ámbito biomédico. Los científicos en las etapas iniciales de sus carreras, que dependen de financiamientos oportunos para establecer sus laboratorios, se encuentran en una situación particularmente vulnerable. Este contexto resalta la necesidad de sistemas de financiación estables y predecibles que protejan la misión de los NIH y, en última instancia, la innovación científica y la salud pública en Estados Unidos.