El gobierno alemán ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento económico, estimando un incremento del producto interno bruto (PIB) de tan solo el 0.3% para el año 2025. Esta nueva cifra contrasta notablemente con la proyección anterior de un crecimiento del 1.1% para este año, aunque se alinea con las estimaciones de otras entidades económicas, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que también ha ajustado su pronóstico.
La economía alemana, que ya había registrado una contracción del 0.2% en 2024 y una reducción del 0.3% en 2023, enfrenta un periodo de incertidumbre que podría llevar a un tercer año consecutivo de decrecimiento, según la Asociación de la Industria Alemana, que prevé una caída del 0.1% en 2025.
Factores que afectan la economía alemana
El Ministerio de Economía y Acción Climática de Alemania ha indicado que el desarrollo económico inicial durante este año será débil, atribuyendo esta situación a la incertidumbre geopolítica y a la falta de claridad sobre la dirección económica y fiscal del nuevo gobierno. Esta afirmación resuena con las preocupaciones expresadas por el Ministro de Finanzas, Jörg Kukies, quien ha destacado la existencia de problemas estructurales en la economía.
En este contexto, tanto Kukies como el Ministro de Economía, Robert Habeck, han señalado la escasez de mano de obra calificada, la burocracia excesiva y la debilidad en las inversiones como factores críticos que obstaculizan el crecimiento. Se espera que, a medida que la inflación disminuya y los ingresos reales aumenten, las condiciones económicas mejoren, aunque el camino hacia la recuperación parece incierto.
El próximo 23 de febrero, Alemania celebrará elecciones federales anticipadas tras la ruptura de la coalición gobernante en noviembre, lo que añade un elemento adicional de volatilidad a la situación económica del país. Las expectativas son inciertas, y el clima político podría influir en la evolución económica a corto y medio plazo.
Las proyecciones de inflación para este año se sitúan en un promedio de 2.2%, aunque el índice de precios al consumo de Alemania había caído por debajo del objetivo del 2% del Banco Central Europeo, aunque ha vuelto a repuntar en meses recientes.
