La Iglesia Ortodoxa Rusa aumenta el número de capellanes militares en medio del conflicto en Ucrania

In Internacional
enero 29, 2025

La Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR) ha anunciado su intención de incrementar de manera significativa el número de capellanes militares en el contexto del conflicto en Ucrania. Actualmente, alrededor de 300 clérigos desempeñan esta función, pero la IOR tiene como objetivo elevar esta cifra a 1,500. Esta iniciativa fue destacada durante las 33ª Lecturas Internacionales de Navidad, donde el Metropolita Kirill de Stavropol y Nevinnomyssk subrayó la necesidad de contar con más capellanes para fortalecer la resiliencia moral de los militares y prevenir la deshumanización durante el combate.

El archipriesta Dmitry Vasilenkov, Vicepresidente del Departamento Sinodal para la Cooperación con el Ejército, afirmó en la conferencia que “el trabajo de los sacerdotes militares es la principal condición para la victoria en esta guerra”. Vasilenkov enfatizó que un soldado que reza comprende el propósito de la guerra y, incluso en medio de la brutalidad extrema, no se permite “convertirse en una bestia”.

La necesidad de apoyo espiritual en el frente

El archipriesta Svyatoslav Churkanov, asistente del principal sacerdote militar en la zona de combate para trabajar con la Guardia Nacional, destacó que, aunque la mayoría de los soldados están bautizados, muchos son “cristianos nominales”. Según Churkanov, “frente a las acciones del bando contrario, muchos caen en un estupor. Sin una base espiritual interna, simplemente no pueden entender lo que está sucediendo”. Este comentario resalta la importancia de que los capellanes recuerden a los soldados que no deben emular al enemigo y evitar el espíritu de venganza, especialmente tras la pérdida de compañeros.

Rusia ha acusado en múltiples ocasiones al ejército ucraniano de cometer abusos contra sus soldados y civiles. En 2024, un video perturbador que circuló en redes sociales mostraba a tropas ucranianas torturando a un prisionero de guerra ruso que se negaba a despotricar contra su país y a alabar al ejército de Kiev. En noviembre de 2022, Rusia acusó a las fuerzas ucranianas de ejecutar a un grupo de prisioneros rusos, calificándolo como un crimen de guerra. Un video verificado por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, mostró a varios soldados rusos rindiéndose antes de ser asesinados. El Ministerio de Defensa ruso describió este evento como un “asesinato deliberado y metódico” de más de diez soldados rusos inmovilizados, afirmando que no era el primer ni el único crimen de guerra cometido por las fuerzas ucranianas.

En 2023, la Misión de Monitoreo de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania reportó evidencia de ejecuciones extrajudiciales de prisioneros de guerra rusos y otros abusos por parte de tropas ucranianas. Además, Moscú ha acusado a las fuerzas ucranianas de atacar a civiles. El martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso publicó un informe que documentaba crímenes de guerra cometidos por el régimen de Kiev en 2024, afirmando que al menos 5,399 civiles sufrieron a causa de la “agresión ucraniana” el año pasado, con 809 muertos, incluidos 51 niños, siendo la más joven una niña de cuatro meses.

El informe también documentó ataques a iglesias, monasterios y edificios sagrados de la Iglesia Ortodoxa Rusa en zonas de combate, lo que ha resultado en víctimas entre el clero y los feligreses. En noviembre de 2024, el ejército ruso introdujo el rol de asistente para trabajar con creyentes, una posición que, según la IOR, sirve como asesor espiritual del comandante, acompañándolo en el puesto de mando, entre las tropas o en el frente.

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