La misión Artemis II de la NASA está a punto de marcar un hito significativo en la exploración espacial, siendo la primera misión tripulada de su campaña Artemis. Durante este vuelo, los astronautas tendrán la oportunidad de tomar el control manual de la nave Orion mientras orbitan la Luna y regresan a la Tierra. Este ensayo es crucial para comprobar el funcionamiento del vehículo con humanos a bordo antes de futuras misiones que llevarán a los astronautas a la superficie lunar.
Demostración de Operaciones de Proximidad
Uno de los momentos clave de la misión será la demostración de operaciones de proximidad, que se llevará a cabo aproximadamente tres horas después del lanzamiento. Los cuatro miembros de la tripulación, incluidos los astronautas de la NASA Reid Wiseman, Victor Glover, y Christina Koch, junto con el astronauta de la Agencia Espacial Canadiense, Jeremy Hansen, pilotarán la nave para acercarse y alejarse de la etapa superior del cohete Space Launch System (SLS).
Para esta tarea, los astronautas utilizarán dos controladores: el controlador de mano rotacional (RHC), que permite girar la nave, y el controlador de mano translacional (THC), que facilita el movimiento en diferentes direcciones. Además, la tripulación contará con tres pantallas que proporcionan datos y un dispositivo de control de cursor que les permitirá interactuar con las pantallas, incluso bajo condiciones adversas como las de lanzamiento o reentrada.
Reid Wiseman destacó que, aunque la nave volará en su mayoría de forma autónoma, la presencia de humanos es fundamental para el éxito de futuras misiones. «Si algo sale mal, un miembro de la tripulación puede tomar el control y ayudar a resolver el problema. Uno de nuestros grandes objetivos es comprobar esta nave y tenerla completamente lista para nuestros compañeros en Artemis III», afirmó.
El RHC, que se sostiene con la mano derecha, controla la actitud de Orion, es decir, la dirección en la que se apunta la nave. Girar el controlador hacia la izquierda orientará la proa de Orion en esa dirección, mientras que girarlo a la derecha lo hará hacia la derecha. Este controlador también permite controlar la inclinación y el giro de la nave. Por otro lado, el THC, que se encuentra al lado de las pantallas, permite mover la nave de un punto a otro según las órdenes del piloto.
El software de vuelo de Orion, desarrollado por Lockheed Martin, se encargará de ejecutar las órdenes de la tripulación, activando los 24 propulsores de control de reacción de la nave según sea necesario para realizar las maniobras requeridas. Estos propulsores, situados en el módulo de servicio europeo de Orion, proporcionan pequeñas cantidades de empuje para dirigir la nave y controlar su rotación.
Además de los controladores, Orion cuenta con una serie de interruptores y diales que permiten a la tripulación operar la nave en caso de que alguna pantalla o controlador falle. Victor Glover comentó que esta prueba de vuelo simulará las maniobras necesarias para acoplarse a otras naves, como el módulo lunar o la estación espacial Gateway, asegurando que el vehículo funcione tal como se ha simulado durante los entrenamientos.
La misión Artemis II, que se extenderá durante aproximadamente diez días, no solo probará las capacidades de exploración espacial de la NASA, sino que también sentará las bases para futuras misiones que llevarán a los astronautas a la superficie lunar. Este esfuerzo es parte de un compromiso más amplio de la humanidad por explorar y comprender mejor nuestro lugar en el cosmos.