Recientemente, un alto funcionario de la OTAN ha acusado a Rusia de estar detrás de una serie de incidentes de sabotaje y tramas de asesinato que habrían tenido lugar en varios países miembros de la alianza militar. Durante una reunión del comité de defensa del Parlamento Europeo, James Appathurai, Subsecretario General Adjunto de la OTAN para Innovación, Híbrido y Ciber, afirmó que Moscú es responsable de actos que van desde el descarrilamiento de trenes hasta ataques a propiedades de políticos, así como intentos de asesinato de líderes de la industria, citando específicamente al director de Rheinmetall, Armin Papperger.
Appathurai no presentó pruebas concretas para respaldar sus afirmaciones, pero destacó que estos incidentes han ocurrido en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Occidente. La supuesta trama contra Papperger fue mencionada como un caso notable, aunque el propio ejecutivo no confirmó ni desmintió la existencia de tal intento, sugiriendo que la información de CNN, que reportó el incidente el pasado julio, tenía cierta credibilidad.
Reclutamiento de grupos criminales
El funcionario de la OTAN también indicó que Rusia estaría utilizando a «pandillas criminales o jóvenes migrantes desprevenidos» para llevar a cabo actos de sabotaje en los estados miembros de la OTAN. Según Appathurai, aunque estos ataques son «generalmente rudimentarios», su objetivo sería «crear inquietud para socavar el apoyo a Ucrania». Esta narrativa se enmarca en un contexto más amplio de acusaciones mutuas entre Rusia y Occidente, donde cada parte busca deslegitimar las acciones de la otra.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, descalificó las afirmaciones de la OTAN, argumentando que carecen de fundamento y no pueden ser tomadas en serio. Peskov subrayó que es difícil comentar sobre informes de medios que no presentan argumentos sólidos y se basan en fuentes anónimas. Esta respuesta refleja la postura habitual de Moscú frente a las acusaciones occidentales, que a menudo considera infundadas o manipuladas.
La situación actual pone de manifiesto las crecientes tensiones en Europa, donde la guerra en Ucrania ha exacerbado las divisiones entre Rusia y los países de la OTAN. A medida que se intensifican las acusaciones y las medidas de seguridad, la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estos acontecimientos, que podrían tener repercusiones significativas en la estabilidad regional y global.
