El canciller alemán Olaf Scholz ha expresado su indignación ante el respaldo del multimillonario estadounidense Elon Musk al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) en las próximas elecciones parlamentarias del país. Musk, conocido por ser el fundador de SpaceX y Tesla, hizo su aparición en un mitin del AfD a través de una conexión por vídeo, donde instó a los alemanes a rechazar la idea de la culpa generacional.
En declaraciones a la prensa, Scholz calificó de «desagradable» la intervención de Musk y subrayó la importancia de la responsabilidad histórica de Alemania en relación con los crímenes del pasado. «Estamos muy agradecidos de que Estados Unidos liberara nuestro país y nos ayudara a convertirnos en una democracia nuevamente», afirmó el canciller, añadiendo que la postura de Musk es «realmente asquerosa» y perjudicial para el desarrollo democrático de la Unión Europea.
La controversia surge en un contexto electoral tenso, ya que Alemania se prepara para unas elecciones anticipadas programadas para el 23 de febrero, tras la ruptura de la coalición de gobierno que Scholz lidera desde 2021. Musk, que ha criticado a Scholz en el pasado, ha manifestado su apoyo a la candidata del AfD, Alice Weidel, y ha argumentado que es positivo sentirse orgulloso de la cultura y los valores alemanes, sugiriendo que la multiculturalidad diluye la identidad nacional.
El contexto de la culpa histórica en Alemania
La Alemania moderna ha adoptado un enfoque de culpa histórica en relación con la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, lo que ha llevado a un debate constante sobre la expresión del nacionalismo y el orgullo nacional. Los políticos de corriente principal han advertido que cualquier manifestación de orgullo nacional puede interpretarse como un coqueteo con el nazismo. En este sentido, Scholz y su partido, el SPD, han etiquetado al AfD como un partido «nazi», aunque no han tomado medidas para prohibirlo como partido extremista.
La intervención de Musk en la política alemana ha suscitado un amplio debate sobre la influencia de figuras extranjeras en las elecciones de otros países y la responsabilidad que tienen al abordar temas tan delicados como la historia y la identidad nacional. Mientras tanto, la AfD continúa ganando terreno en las encuestas, lo que plantea interrogantes sobre el futuro político de Alemania y la dirección que tomará el país en los próximos años.