El crimen minorista en el Reino Unido ha alcanzado niveles sin precedentes, según el último informe de la Asociación Británica de Minoristas (BRC). Con más de 20 millones de incidentes de robo registrados el año pasado hasta el 31 de agosto, esto equivale a aproximadamente 55,000 delitos diarios, lo que ha generado pérdidas de 2.2 mil millones de libras esterlinas (2.7 mil millones de dólares) para los comerciantes. Esta situación añade una presión adicional a los ya elevados costos que enfrentan los minoristas.
Además del robo, la violencia y el abuso contra el personal de las tiendas también han aumentado drásticamente. Se reportan más de 2,000 incidentes diarios de violencia, un incremento significativo respecto a los 1,300 del año anterior. Este aumento representa más de tres veces el promedio diario de 2020, que era de solo 455. Los incidentes relacionados con armas se han duplicado, alcanzando los 70 al día.
Un entorno de inseguridad creciente
La directora ejecutiva de la BRC, Helen Dickinson, ha calificado la situación de «fuera de control», señalando que los trabajadores del sector minorista han sido objeto de abusos raciales, amenazas con machetes y otros actos de violencia. Según el informe, muchos de estos delitos están vinculados a la delincuencia organizada, con bandas que atacan sistemáticamente las tiendas en todo el país, robando mercancías por valor de decenas de miles de libras y desplazándose entre múltiples establecimientos.
La percepción de la respuesta policial ante estos incidentes es alarmantemente baja, con un 61% de los encuestados calificando la actuación de la policía como «pobre» o «muy pobre». Dickinson argumenta que, con tan poca confianza en la asistencia policial, no es sorprendente que los criminales se sientan con licencia para robar, amenazar, agredir y abusar.
En respuesta a la situación, las autoridades policiales han afirmado haber realizado «progresos significativos» en la lucha contra el crimen minorista en el último año. Por su parte, el nuevo gobierno laborista del Reino Unido ha prometido abordar el aumento del crimen en el sector a través de medidas más contundentes.
Los últimos datos de S&P Global indican que las ventas minoristas en el Reino Unido continuaron cayendo en enero tras un decepcionante periodo navideño, y la confianza del consumidor ha alcanzado su nivel más bajo desde finales de 2023. Además, los empleadores han recortado empleos a un ritmo que no se veía desde el pico de la pandemia de Covid en 2021, siendo la tasa de despidos la más alta desde la crisis financiera global de 2009.
El Reino Unido se enfrenta a un entorno de «estanflación», donde el crecimiento económico es lento y la inflación se mantiene alta, según Chris Williamson, economista jefe de S&P. Un informe separado de la BRC también ha revelado que los precios de los alimentos en el país han registrado su mayor aumento mensual desde abril pasado, lo que Dickinson ha calificado como una «señal temprana de lo que está por venir» para la economía. En enero, el costo de los alimentos aumentó un 1.6% en comparación con el año anterior.
Dickinson ha advertido que los minoristas pronto enfrentarán el impacto total de 7 mil millones de libras (casi 9 mil millones de dólares) en nuevos costos introducidos en el último presupuesto por la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, quien ha anunciado una revisión del sistema de beneficios del Reino Unido para «impulsar el crecimiento económico».
