Un reciente estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology ha revelado que mantener una perspectiva optimista sobre el futuro puede influir significativamente en la capacidad de las personas para ahorrar dinero. Esta tendencia es particularmente notable entre aquellos que se encuentran en situaciones económicas más vulnerables.
La investigación, liderada por Joe Gladstone, Ph.D., de la Universidad de Colorado Boulder, sugiere que las personas con un mayor grado de «optimismo disposicional» —la tendencia a esperar resultados positivos— tienden a acumular más ahorros a lo largo del tiempo en comparación con sus pares menos optimistas. Gladstone afirma que, a menudo, se considera que el optimismo puede llevar a las personas a ahorrar menos, pero los hallazgos de este estudio indican que, en realidad, podría ser un recurso psicológico crucial para fomentar el ahorro, especialmente en tiempos de dificultades económicas.
Los investigadores analizaron datos de ocho encuestas de población realizadas en Estados Unidos, Reino Unido y 14 países europeos, que sumaron más de 140,000 participantes en total. En estas encuestas, se evaluó el grado de optimismo de los participantes mediante afirmaciones como «Siempre soy optimista sobre mi futuro» y «En tiempos inciertos, generalmente espero lo mejor». Además, se solicitó a los encuestados que reportaran su nivel de ingresos, ahorros y, en algunos casos, activos totales.
Resultados del Estudio
Los resultados fueron claros: aquellos que mostraron un mayor optimismo reportaron, en promedio, tener más ahorros. Por ejemplo, un aumento de una desviación estándar en el optimismo se correlacionó con un incremento de $1,352 en los ahorros para los hogares que tenían un saldo de ahorros medio de $8,000.
Estos hallazgos se mantuvieron incluso después de controlar variables demográficas y otros factores que podrían influir en el ahorro y el optimismo, como la edad, el género, el estado civil, la condición parental, el estatus socioeconómico infantil, la salud y la situación laboral. Según Gladstone, el impacto del optimismo sobre el comportamiento de ahorro se asemeja al de la conciencia, un rasgo de personalidad ampliamente reconocido por su influencia positiva en los resultados financieros. De hecho, el optimismo parece tener un efecto ligeramente más fuerte en el ahorro que la educación financiera y la tolerancia al riesgo.
Particularmente, la influencia del optimismo en el comportamiento de ahorro fue más pronunciada entre las personas con ingresos más bajos. Esto se puede entender, ya que a niveles de ingresos más altos, las personas suelen tener más opciones para ahorrar automáticamente, como a través de pagos hipotecarios que contribuyen a la equidad de la vivienda o a través de contribuciones directas a planes de pensiones. En cambio, quienes viven de cheque en cheque pueden sentir que el esfuerzo de ahorrar es en vano. En este contexto, una visión optimista puede proporcionar la motivación necesaria para reservar dinero, a pesar de las dificultades inmediatas.
Los hallazgos de este estudio tienen importantes implicaciones para los programas de educación financiera y las políticas destinadas a aumentar las tasas de ahorro, especialmente entre las poblaciones más vulnerables económicamente. Incorporar técnicas que fomenten el optimismo junto con la formación tradicional en educación financiera podría resultar en una combinación efectiva para ayudar a más personas a alcanzar una mayor seguridad financiera.
Según Gladstone, «En última instancia, una mentalidad de esperanza hacia el futuro, combinada con las habilidades para gestionar el dinero de manera efectiva, puede ser clave para ayudar a más personas a construir seguridad económica».