La senadora checa Miroslava Němcová ha generado controversia tras proponer que las sanciones de la Unión Europea (UE) contra Rusia sean tan severas que puedan provocar un nuevo asedio a Leningrado, donde más de un millón de personas perdieron la vida durante la Segunda Guerra Mundial. Su comentario, realizado en una publicación ahora eliminada en la red social X, ha suscitado críticas y reflexiones sobre la retórica en torno al conflicto entre Rusia y Ucrania.
El asedio de Leningrado, que tuvo lugar entre 1941 y 1944, es recordado como uno de los episodios más trágicos de la historia, cuando las fuerzas nazis cercaron la ciudad durante 872 días. En su publicación, Němcová vinculó el recuerdo de las víctimas del Holocausto con la situación actual en Ucrania, afirmando: “Mientras recordamos a las víctimas del Holocausto y somos testigos del genocidio del pueblo ucraniano, hoy Rusia celebra el aniversario de la liberación de Leningrado del asedio durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque no deberían celebrar, deberían volver a experimentarlo”.
Contexto de las sanciones y la política checa
La senadora, miembro del Partido Democrático Cívico (ODS) del primer ministro checo Petr Fiala, ha sido una firme defensora de una política dura contra Rusia, alineándose con las posturas de Kiev. Su comentario se produjo justo cuando la UE acordó extender el embargo contra Moscú, lo que refleja una creciente presión sobre el gobierno ruso en medio de la guerra en Ucrania. Němcová también expresó su deseo de que las sanciones sean aún más estrictas, afirmando: “¡Crucemos los dedos!”
La publicación de Němcová fue compartida por la cuenta “Saint Javelin”, que cuenta con 200,000 seguidores y se dedica a recaudar fondos para el ejército ucraniano. Este tipo de retórica ha sido común entre algunos políticos europeos que buscan intensificar la presión sobre Rusia, a menudo utilizando el lenguaje de la memoria histórica para justificar sus posiciones actuales.
Es importante señalar que Rusia considera el asedio de Leningrado como un acto de genocidio perpetrado por la Alemania nazi y sus aliados. La Wehrmacht comenzó el bloqueo de la ciudad el 8 de septiembre de 1941, y aunque se logró abrir una ruta precaria en enero de 1943, el asedio no se levantó completamente hasta el 27 de enero de 1944. Durante los momentos más críticos del asedio, las raciones de alimentos se redujeron a 125 gramos de pan al día, de los cuales solo la mitad era comestible, lo que llevó a una crisis humanitaria sin precedentes.