La petrolera británica Shell ha informado este jueves sobre una notable caída en sus beneficios anuales, atribuyéndola a mayores pérdidas en exploración, márgenes comerciales más bajos y precios del crudo más débiles durante los últimos meses del año 2024. La compañía reportó ganancias ajustadas de 23,72 mil millones de dólares, comparadas con los 28,25 mil millones de dólares del año anterior.
Los analistas esperaban que el beneficio neto de Shell para todo el año 2024 se situara en 24,71 mil millones de dólares, según un consenso compilado por LSEG. Para el último trimestre de 2024, la empresa presentó ganancias ajustadas de 3,66 mil millones de dólares, inferiores a las expectativas del mercado.
A pesar de la disminución en los beneficios, Shell anunció un aumento del 4% en el dividendo por acción y el lanzamiento de un nuevo programa de recompra de acciones por 3,5 mil millones de dólares, que se espera que se complete en los próximos tres meses. El CEO Wael Sawan destacó en su declaración que, «a pesar de las menores ganancias de este trimestre, la entrega de efectivo se mantuvo sólida y generamos flujo de caja libre de 40 mil millones de dólares a lo largo del año, superior al de 2023, en un entorno de precios más bajo.»
En los últimos tiempos, las principales compañías de petróleo y gas han visto caer sus beneficios desde los niveles récord de 2022, cuando la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia provocó que los precios internacionales del barril de Brent se dispararan a casi 140 dólares. Los precios del petróleo han disminuido, en un contexto de demanda global en declive, con los futuros del crudo Brent promediando 80 dólares por barril en 2024, aproximadamente 2 dólares menos que el año anterior, según la Administración de Información Energética de EE.UU.
Estrategia de Shell
Los resultados anuales de Shell se presentan en un momento en que la compañía se adentra en la fase final de su denominada «primera carrera.» Esta estrategia, iniciada en 2023 y que se extenderá hasta finales de este año, busca cerrar la brecha de valoración con sus pares estadounidenses, potenciando la rentabilidad de la compañía.
El CEO Wael Sawan ha priorizado las operaciones de petróleo y gas más rentables en este cambio, reduciendo la inversión en áreas como la energía eólica marina y el hidrógeno, además de retirarse de los mercados de energía en Europa y China.
Al igual que otras grandes empresas de petróleo y gas, Shell ha moderado sus objetivos climáticos y las inversiones verdes en los últimos años, aunque la compañía ha reafirmado su compromiso de convertirse en un negocio de energía neta cero para 2050. A la espera de los informes de ganancias de sus competidores estadounidenses, como Exxon Mobil y Chevron, así como de sus homólogos europeos TotalEnergies y BP, Shell se posiciona en un entorno de incertidumbre económica global.