La reciente administración del presidente Donald Trump ha puesto en marcha una nueva iniciativa destinada a identificar y eliminar el gasto público considerado innecesario. En su primera rueda de prensa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció que se habían detectado partidas de gasto que resultan cuestionables, entre ellas, una asignación de 50 millones de dólares para la compra de preservativos destinados a la población de Gaza.
Trump ha creado el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad temporal que tiene como objetivo revisar y optimizar el uso de los fondos públicos. Este organismo está liderado por Elon Musk, conocido empresario y firme apoyo del expresidente. Según Leavitt, el DOGE y la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB) han encontrado que “había 50 millones de dólares de los contribuyentes que estaban a punto de ser enviados para financiar preservativos en Gaza”, acusando a la administración del ex presidente Joe Biden de “un gasto absurdo del dinero de los contribuyentes”.
Revisión de la Ayuda Exterior
Además de los fondos destinados a la compra de preservativos, se ha señalado que otros 37 millones de dólares estaban destinados a la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual Trump ha decidido retirar a Estados Unidos mediante una orden ejecutiva. En un giro significativo, el Departamento de Estado de EE. UU. ha ordenado la congelación de casi todos los programas de ayuda exterior durante 90 días, a la espera de una revisión que determine si se alinean con los objetivos de política exterior de la administración Trump. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ya ha informado a las ONG de todo el mundo que suspenderá la financiación hasta nuevo aviso.
Sin embargo, las afirmaciones de Leavitt han sido cuestionadas por expertos. Andrew Miller, ex subsecretario adjunto de Estado para Asuntos Israelíes y Palestinos, calificó la declaración como “absurda”. Miller argumentó que “es posible que los 50 millones de dólares sean para salud sexual o algo similar, que incluye ginecología y muchos otros servicios, pero ciertamente no solo para preservativos”.
Según informes de la AFP, USAID asignó 60 millones de dólares en el año fiscal 2023 para una variedad de dispositivos anticonceptivos que se enviarían a diferentes partes del mundo, no solo a Gaza. Este enclave palestino, que alberga a aproximadamente dos millones de residentes, ha sufrido las consecuencias de un conflicto prolongado con Israel que ha devastado su infraestructura y servicios básicos.
Durante las tensiones de 2018 con Hamas en Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) acusaron a los militantes palestinos de utilizar globos hechos de preservativos para enviar dispositivos incendiarios y explosivos a través de la frontera, lo que provocó “cientos” de incendios forestales. En ese momento, las IDF se mostraron desconcertadas sobre el origen de los preservativos, ya que no se producían localmente, y la OMS negó haber suministrado anticonceptivos a Gaza.