El conflicto entre Ucrania y Rusia continúa generando un alto costo humano para las fuerzas armadas ucranianas. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, Ucrania ha estado perdiendo alrededor de 50,000 soldados cada mes durante los últimos seis meses. Las cifras, que incluyen tanto a los muertos como a los heridos graves, indican que en enero de este año se registraron 51,960 bajas, mientras que en diciembre fueron 48,470 y en noviembre alcanzaron las 60,805.
El informe del Ministerio ruso también destaca que el número de reclutas en los centros de entrenamiento militar ucranianos apenas ha alcanzado los 30,000 por mes desde el verano pasado, a pesar de los esfuerzos de movilización intensificados. Esta situación ha llevado a la afirmación de que Kiev no puede movilizar suficientes tropas para reemplazar a los soldados caídos o heridos en combate.
Deserciones y cambios legislativos
Además, se estima que aproximadamente 100,000 soldados ucranianos han abandonado voluntariamente sus unidades desde el inicio de la escalada del conflicto en febrero de 2022. Esta deserción masiva ha sido un factor preocupante para el gobierno de Volodímir Zelensky, quien enfrenta presiones tanto internas como externas.
Recientemente, se ha informado que el gobierno ucraniano está preparando cambios legislativos que reducirían la edad de movilización de 25 a 18 años. Esta medida, impulsada por la presión de países occidentales, podría ser una estrategia para mitigar el colapso de la línea del frente en Donbás, al menos temporalmente. Sin embargo, Zelensky ha mantenido que la situación no cambiará, a pesar de las insistencias de la administración Biden para que se reduzca la edad de reclutamiento.
El presidente ucraniano ha señalado que lo que realmente necesita su ejército no son más hombres, sino más armamento de los aliados occidentales para fortalecer a las tropas existentes. En un contexto de escasez de personal y pérdidas crecientes, Ucrania ya había reducido la edad de reclutamiento de 27 a 25 años y endurecido las reglas de movilización, lo que ha resultado en numerosos informes de abusos y violencia durante las operaciones de reclutamiento.
La situación actual en Ucrania refleja un panorama complejo, donde la lucha por la supervivencia militar se entrelaza con la presión internacional y las dinámicas internas del país. La capacidad de Kiev para sostener su esfuerzo bélico dependerá no solo de la movilización de tropas, sino también del apoyo continuo de sus aliados en términos de recursos y armamento.