Colapso del gobierno noruego tras rechazo a políticas energéticas de la UE

In Internacional
enero 31, 2025

La reciente crisis política en Noruega ha puesto de manifiesto las tensiones existentes entre el país escandinavo y la Unión Europea (UE) en el ámbito de la política energética. El colapso del gobierno de coalición, liderado por el primer ministro Jonas Gahr Støre, se produjo tras la negativa del Partido del Centro, de tendencia euroescéptica, a aceptar las regulaciones del cuarto paquete energético de la UE. Esta decisión ha generado preocupaciones sobre un posible aumento de los precios de la electricidad para los ciudadanos noruegos.

El primer ministro Støre, que ahora lidera un gobierno minoritario del Partido Laborista, se enfrenta a un panorama complicado, ya que su administración ha perdido la mayoría en el parlamento y podría tener dificultades para aprobar nuevas legislaciones hasta las elecciones programadas para septiembre.

El cuarto paquete energético de la UE y sus implicaciones

El núcleo del conflicto radica en el cuarto paquete energético de la UE, conocido como “energía limpia para todos los europeos”, adoptado en 2019. Este conjunto de políticas se centra en la promoción de las energías renovables y la eficiencia energética, con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 y establecer un sistema de gobernanza robusto para el sector energético en el bloque europeo.

A pesar de no ser miembro de la UE, Noruega está estrechamente vinculada a la unión a través del Espacio Económico Europeo (EEE) y, por lo general, debe adoptar las normas de la UE, salvo que invoque un derecho de reserva. Noruega es un importante productor y exportador de petróleo y gas, lo que añade una capa de complejidad a su relación con la UE.

El líder del Partido del Centro, Trygve Slagsvold Vedum, ha argumentado que las propuestas del gobierno de Støre erosionarían la autonomía del país en materia de política energética. Vedum ha instado a Oslo a recuperar su autoridad en este ámbito, responsabilizando a los gobiernos conservadores anteriores por el aumento de los precios de la energía, debido a la construcción de interconexiones submarinas con Alemania y el Reino Unido.

En una conferencia de prensa, Vedum expresó: “Creemos que es erróneo vincularnos más estrechamente a la política energética de la UE. Comenzar el proceso de atarnos más al mercado eléctrico disfuncional de la UE es completamente inaceptable”. Esta postura ha sido recibida con críticas desde Bruselas, donde un embajador de la UE en Oslo calificó a Noruega de “egoísta” por intentar retener su electricidad y beneficiarse de sus exportaciones de gas.

Este no es el primer enfrentamiento entre Noruega y la UE en temas energéticos. En agosto de 2022, Oslo sugirió la posibilidad de racionar sus exportaciones de electricidad a la UE y al Reino Unido debido a una ola de calor que afectó su producción hidroeléctrica, lo que fue considerado por Alemania como una amenaza velada para presionar al bloque.

La situación actual refleja las complejidades de la política energética en Europa y las dificultades que enfrenta Noruega para equilibrar su independencia energética con las exigencias de un mercado europeo cada vez más interconectado.

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