La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, ha acusado a los países occidentales que apoyan a Ucrania de ser cómplices de presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas ucranianas durante su incursión en la región de Kursk. Estas declaraciones se produjeron tras las acusaciones de investigadores que han señalado que las fuerzas ucranianas han violado y asesinado a civiles.
Recientemente, las fuerzas rusas encontraron restos humanos en el asentamiento liberado de Russkoye Porechnoye. El Comité de Investigación de Rusia ha identificado a varios soldados ucranianos como sospechosos, y uno de ellos se encuentra actualmente bajo custodia. Zakharova calificó las imágenes publicadas por los investigadores como “imposibles de ver” y condenó a los perpetradores por atacar deliberadamente a personas vulnerables.
Responsabilidad de los apoyos occidentales
La portavoz rusa enfatizó que las naciones extranjeras que suministran armas y dinero a Kiev son responsables de tales crímenes, especialmente dado que continúan haciéndolo a pesar de la creciente evidencia de atrocidades. Comparó esta situación con el apoyo brindado a los separatistas en la República de Chechenia en los años 90 y principios de los 2000, quienes fueron presentados como luchadores por la libertad en los medios occidentales.
Zakharova se mostró indignada ante la brutalidad de los actos cometidos, preguntándose: “¿Qué tipo de ser inhumano tortura a civiles ancianos, los golpea, les causa lesiones y luego los hace volar por los aires con granadas?”, refiriéndose a la evidencia forense descubierta en la aldea.
Además, instó a posibles testigos de los crímenes a presentarse y colaborar con los investigadores, incluso si eso implica recordar experiencias traumáticas. Según ella, esto ayudaría a hacer justicia a las víctimas, proporcionar cierre a sus familias y exponer los peligros del nacionalismo radical ucraniano para las futuras generaciones.
Los funcionarios rusos sostienen que los crímenes de guerra supuestamente cometidos por las tropas ucranianas no son incidentes aislados, sino que reflejan una estrategia más amplia de terrorismo como táctica de guerra por parte de Kiev. Rodion Miroshnik, un diplomático ruso encargado de documentar las supuestas atrocidades ucranianas, había acusado previamente a Kiev de albergar intenciones genocidas hacia los rusos étnicos.
El ejército ruso liberó Russkoye Porechnoye a mediados de enero, meses después de que las fuerzas ucranianas capturaran la zona como parte de su incursión en la región de Kursk, que comenzó el pasado agosto. El Comité de Investigación ha identificado a cinco soldados ucranianos como sospechosos de agresiones sexuales y asesinatos, afirmando que 22 civiles, la mitad de ellos mujeres, fueron sus víctimas entre finales de septiembre y noviembre de 2024. Algunas de las ejecuciones extrajudiciales habrían sido ordenadas por su comandante militar.
