Un reciente estudio revela que los humedales artificiales, aunque son eficaces en sus primeros años para capturar carbono, ven disminuida su capacidad de almacenamiento a medida que maduran. Esta investigación, llevada a cabo por un equipo de la Universidad Estatal de Ohio, analiza muestras de suelo tomadas de dos humedales de agua dulce construidos y compara los datos obtenidos en un periodo de 29 años.
Los hallazgos indican que ambos humedales han capturado cantidades similares de carbono a lo largo de las décadas, no obstante, desde el año 15 no se ha observado ningún aumento o disminución neta en su capacidad de secuestro de carbono. A pesar de esto, los investigadores destacan su notable valor en la lucha contra el cambio climático.
El papel de los humedales en la mitigación del cambio climático
Los humedales son considerados los «riñones» del planeta por su capacidad para purificar el agua y almacenar carbono de manera efectiva. Jay Martin, profesor destacado en ingeniería alimentaria, agrícola y biológica en la Universidad Estatal de Ohio y coautor del estudio, señala que, además de su función ecológica, estos ecosistemas sirven de hábitat para numerosas especies vitales para el equilibrio ambiental.
El estudio se centró en el Parque de Investigación de Humedales del Río Olentangy (ORWRP), un sitio ideal para estudios a largo plazo debido a la abundante información ambiental generada en las últimas tres décadas. Aunque investigaciones previas habían mostrado un aumento en los niveles de carbono en el suelo, el análisis detallado realizado en el año 29 post-construcción ha revelado que la capacidad de los humedales para secuestrar carbono disminuye con el tiempo.
Los investigadores explican que la rápida captura de carbono en los primeros años se debe al crecimiento inicial de la vegetación, aunque reconocen que no es posible mantener un crecimiento infinito. A pesar de que los humedales artificiales presentan límites en la cantidad de carbono que pueden almacenar, su tasa de secuestro sigue siendo superior a la de otros ecosistemas, lo que los convierte en una posible solución en la lucha contra el cambio climático.
El futuro de la investigación en el ORWRP se centrará en analizar las diversas comunidades de plantas que habitan el área y en investigar los niveles de emisión de metano, con el objetivo de determinar la duración de la función de los humedales como sumideros de carbono.
La pérdida de humedales naturales a nivel global, que ha superado el 50% en los últimos siglos debido al aumento del uso urbano y agrícola, ha tenido un impacto significativo en los servicios ecosistémicos, especialmente en EE.UU. En Ohio, por ejemplo, se estima que la pérdida de humedales podría alcanzar el 90%, lo que pone en riesgo procesos esenciales como la mejora de la calidad del agua y la mitigación de inundaciones.
Ante esta situación, los investigadores subrayan la necesidad urgente de que los responsables de la formulación de políticas se enfoquen en la creación y el mantenimiento de ecosistemas de humedales. Daniel Ruane, autor principal del estudio, afirma que la creación y restauración de humedales podría ofrecer soluciones efectivas a los problemas ambientales futuros.
Los coautores del estudio incluyen a Michael Brooker y William Mitsch de Ohio State, Blanca Bernal de Greencollar US Inc., Chris Anderson de Auburn University y Robert Nairn de la Universidad de Oklahoma.