Recientemente, la Comédie-Française, una de las instituciones teatrales más emblemáticas del mundo, se ha visto envuelta en una controversia relacionada con el actor Nâzim Boudjenah, tras las acusaciones de violencia en su relación con la actriz Marie Coquille-Chambel. Esta situación ha despertado críticas y protestas, evidenciando la necesidad de un cambio profundo en el tratamiento de la violencia de género en el ámbito artístico.
La protesta, organizada bajo el lema “#metoothéâtre”, reunió a alrededor de 50 manifestantes a las puertas del prestigioso teatro parisino. Los asistentes portaban pancartas con mensajes contundentes como “¡Fuera los cerdos, los están engordando!” y “Sin aplausos para los hombres violentos”, exigiendo acciones firmes por parte de la dirección de la Comédie-Française ante las graves acusaciones que pesan sobre Boudjenah. A pesar de que el teatro había retirado al actor de la escena tras conocer las acusaciones, no lo despidió de inmediato y continuó pagando su salario, lo que generó el descontento de los manifestantes.
Las acusaciones contra Boudjenah no son nuevas. En 2021, Coquille-Chambel testificó en un juicio que el actor había amenazado con asesinarla y había mostrado un comportamiento violento durante su relación. Aunque fue condenado a seis meses de prisión, posteriormente se le absolvió por irregularidades en el proceso. Sin embargo, Boudjenah sigue bajo investigación por nuevas acusaciones de violación formuladas por Coquille-Chambel.
La reciente audiencia del 13 de enero puso de manifiesto que las amenazas de muerte de Boudjenah no solo se dirigieron a Coquille-Chambel, sino también a Sandrine Rousseau, diputada y presidenta de la comisión sobre violencia en el sector artístico. Este hecho llevó a la Comédie-Française a iniciar el proceso de despido del actor, aunque muchos consideran que esta acción llega demasiado tarde.
El movimiento “#metoothéâtre” expresó su preocupación a través de las redes sociales, destacando que si bien la decisión de despedir a Boudjenah es un paso en la dirección correcta, lamentan que la Comédie-Française no tomara medidas más contundentes tras la condena inicial en 2021. En un mensaje publicado en Instagram, cuestionaron la tardanza de la institución en actuar y subrayaron que Coquille-Chambel había tenido que presentar nuevas denuncias por amenazas tras el incidente.
Por otro lado, algunos empleados de la Comédie-Française han manifestado su malestar por cómo la situación ha afectado la reputación de la compañía. Un gerente con tres décadas de experiencia expresó a un medio francés que la controversia no debería vincularse a la institución, ya que los eventos ocurridos eran de naturaleza privada. Sin embargo, este argumento no ha logrado apaciguar las críticas sobre la gestión de la Comédie-Française ante casos de violencia de género.
La respuesta institucional a la violencia de género en el ámbito artístico sigue siendo un tema candente. Actores y activistas han enfatizado la responsabilidad colectiva de las direcciones de las instituciones y las autoridades para abordar estos problemas de manera efectiva. Como señaló la actriz y directora Séphora Haymann durante la protesta, “las palabras de las víctimas generan un gran impacto declarativo, pero en la realidad, la violencia persiste”. La situación en la Comédie-Française pone de relieve la necesidad de una reflexión profunda y un cambio estructural en la forma en que se manejan estos casos en el sector cultural.
