Un reciente estudio liderado por la Universidad Flinders ha proporcionado, por primera vez, evidencia genética que confirma que las orcas en Australia cazan tiburones blancos para consumir su hígado. Este hallazgo, publicado en la revista Ecology and Evolution, se basa en el análisis de muestras de ADN extraídas de las heridas de mordedura en la carcasa de un tiburón blanco de grandes dimensiones encontrado en la costa de Portland, Victoria, en 2023.
La investigación reveló que las orcas fueron responsables de la depredación del tiburón, específicamente de la sección media que contiene el hígado, un órgano altamente nutritivo. «El hígado, así como los órganos digestivos y reproductivos, estaban ausentes, y se observaron cuatro heridas de mordedura distintivas, una de las cuales es característica de la extracción del hígado por parte de las orcas», explicó Isabella Reeves, autora principal y candidata a doctorado en el grupo de Ecología de Tiburones del Sur de la Universidad Flinders.
La carcasa del tiburón blanco, que medía 4.7 metros y carecía de su hígado, fue recogida para su análisis por funcionarios de pesca del gobierno estatal. A partir de hisopos tomados de las heridas, los investigadores lograron secuenciar material genético residual del depredador, confirmando la presencia de ADN de orca en la herida principal, mientras que las otras tres heridas mostraron ADN de tiburones sevengill, que son carroñeros.
Impacto en los ecosistemas marinos
Este estudio no solo resalta la depredación de las orcas sobre los tiburones blancos, sino que también plantea preguntas sobre el impacto que estas interacciones pueden tener en las poblaciones de tiburones y en los ecosistemas marinos en general. Dr. Alison Towner, bióloga marina de la Universidad de Rhodes en Sudáfrica y coautora del estudio, advierte que la depredación de tiburones blancos por parte de orcas ha llevado a perturbaciones en las poblaciones de tiburones en otras regiones, como Sudáfrica y California.
La escasez de observaciones directas de estas interacciones dificulta la comprensión de su frecuencia y su importancia en el ecosistema marino. Adam Miller, profesor adjunto de Flinders y ecólogo senior, enfatiza que, aunque se han documentado casos de interacciones entre orcas y tiburones, no se sabe con certeza cuán comunes son estos eventos en las aguas australianas.
Es crucial preservar a los tiburones blancos, ya que son reguladores clave en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas marinos. Miller señala que la depredación de tiburones por parte de orcas podría conducir a cambios en la dinámica de las poblaciones de tiburones y, por ende, afectar a toda la red trófica marina.
Finalmente, el estudio también sugiere que la selección de tejidos por parte de las orcas, al consumir el hígado y los órganos internos, podría facilitar la carroñería, dejando gran parte de la carcasa como fuente de nutrientes para otros organismos del ecosistema local.
Más información:
Isabella M. M. Reeves et al, «Genetic Evidence of Killer Whale Predation on White Sharks in Australia,» Ecology and Evolution (2025). DOI: 10.1002/ece3.70786
