Disney+ ha alcanzado un acuerdo con el gobierno francés que permitirá a la plataforma de streaming ofrecer películas tan solo nueve meses después de su estreno en cines. Esta medida se enmarca en un contexto en el que la industria del cine se ve obligada a adaptarse a las nuevas dinámicas del consumo audiovisual, especialmente tras la pandemia de COVID-19, que aceleró la transición hacia los servicios de streaming.
El pacto, que se ha formalizado tras intensas negociaciones, busca equilibrar los intereses de los productores cinematográficos y las plataformas de streaming. En Francia, existe una legislación que regula el tiempo de exclusividad que las películas deben tener en las salas de cine antes de poder ser distribuidas en plataformas digitales. Tradicionalmente, este periodo ha sido de 15 meses. Sin embargo, con este nuevo acuerdo, Disney+ podrá ofrecer sus contenidos a un público más amplio en un plazo notablemente reducido.
La decisión de Disney+ responde a una tendencia creciente en la industria del entretenimiento, donde las plataformas digitales están cada vez más integradas en la estrategia de distribución de películas. Este cambio no solo beneficia a Disney, que puede atraer suscriptores al ofrecer estrenos más rápidos, sino que también representa una oportunidad para que los cineastas lleguen a audiencias más amplias en un momento en que el consumo de cine en salas ha fluctuado.
El acuerdo se produce en un momento crítico para la industria cinematográfica francesa, que ha estado luchando por recuperar su audiencia tras las restricciones impuestas por la pandemia. Con esta nueva estrategia, se espera que tanto las salas de cine como las plataformas de streaming puedan coexistir y beneficiarse mutuamente, permitiendo a los espectadores elegir cómo y cuándo desean disfrutar de sus películas favoritas.
Además, este movimiento por parte de Disney+ podría incentivar a otras plataformas a buscar acuerdos similares en otros mercados, lo que podría llevar a una transformación más amplia en la manera en que se distribuyen y consumen las películas a nivel global. La adaptación a estos nuevos tiempos es esencial para la sostenibilidad de la industria cinematográfica, que se enfrenta a desafíos sin precedentes en un entorno digital en constante evolución.
