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Las estrategias agrícolas de la antigüedad nos enseñan a enfrentar el cambio climático actual

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febrero 01, 2025

Un reciente estudio publicado en Scientific Reports examina las prácticas agrícolas adaptativas de las comunidades preindustriales en el noreste de Europa a lo largo de los últimos dos mil años. La investigación destaca cómo cambios climáticos significativos, junto con factores socioeconómicos, influyeron en la selección y cultivo de cultivos de reserva para mitigar los riesgos asociados con las fallas en los cultivos básicos.

Según la autora principal del estudio, la profesora Giedre Motuzaite Matuzeviciute, «este estudio muestra vívidamente que, debido al cambio climático, el cultivo de mijo termófilo, que fue el alimento básico durante el primer milenio d.C., fue reemplazado por otros cultivos más resistentes al frío, como el trigo sarraceno».

Resiliencia y Diversificación Agrícola

La investigación proporciona una visión profunda sobre la resiliencia y la creatividad de los antiguos sistemas agrícolas, enfatizando la interacción dinámica entre los desafíos ambientales y la innovación humana. Al analizar evidencias arqueológicas y registros históricos, los investigadores reconstruyeron los repertorios de cultivos del pasado, iluminando cómo las comunidades diversificaron su agricultura para asegurar la seguridad alimentaria en medio de condiciones cambiantes.

Este estudio no solo amplía nuestra comprensión de las prácticas agrícolas históricas, sino que también ofrece lecciones valiosas para la agricultura moderna. A medida que las sociedades contemporáneas enfrentan una mayor variabilidad climática y incertidumbres socioeconómicas, las estrategias adaptativas del pasado pueden informar prácticas y políticas agrícolas sostenibles en la actualidad.

El científico ambiental Dr. Michael Kempf enfatiza que «los recientes procesos de sequía y el aumento del riesgo de olas de calor prolongadas y sequías posteriores desafían nuestra resiliencia sociopolítica, y requieren una reconsideración de las estrategias globales de producción alimentaria. Por lo tanto, reconsiderar las especies tolerantes a la sequía puede ayudar a mitigar los efectos a largo plazo del calentamiento global actual».

La profesora Motuzaite Matuzeviciute añade que «es debido a la Pequeña Edad del Hielo que los alimentos básicos como el pan de centeno y la gachas de trigo sarraceno llegaron a dominar la cocina de los europeos del noreste. Los climas más cálidos podrían llevarnos de vuelta a cultivos de mijo olvidados».

Situado en la intersección de diferentes zonas climáticas, el noreste de Europa representa una región agrícola marginal donde los cultivos de reserva juegan un papel crucial en la garantía de la seguridad alimentaria ante condiciones ambientales cambiantes.

El candidato a doctorado de la Universidad de Vilnius, Meiirzhan Abdrakhmanov, concluye que «este estudio enfatiza la naturaleza dinámica de la adaptación agrícola y subraya la resiliencia de las comunidades pasadas en respuesta a los cambios climáticos».

Los registros históricos indican un desplazamiento hacia el sur de la agricultura del mijo durante el inicio de la Pequeña Edad del Hielo. «Las condiciones naturales, la agricultura y la cultura gastronómica siempre han estado estrechamente interconectadas. La cultura gastronómica es más inerte, lo que significa que los cambios ambientales afectaron primero a la agricultura y solo más tarde se hicieron evidentes en la cocina. Por lo tanto, estudiar estos procesos es esencial para comprender tanto las sociedades pasadas como las contemporáneas», señala el profesor Rimvydas Laužikas.

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