El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, ha asumido el cargo de administrador interino de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Este anuncio se produce en un contexto de controversia, ya que la agencia ha cerrado su sede central, lo que ha generado preocupación sobre su futuro y su papel en la política exterior estadounidense.
El presidente Donald Trump ha criticado abiertamente a la dirección de USAID, calificándola de “lunáticos radicales” y ha propuesto cambios significativos en la organización. Además, la agencia se encuentra bajo la lupa del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por el magnate tecnológico Elon Musk, quien se ha convertido en un cercano asesor de Trump.
Rubio, en declaraciones a la prensa en El Salvador, afirmó: “Soy el director interino de USAID”, aunque aclaró que ha delegado las funciones diarias de la agencia a un miembro de su equipo, sin especificar quién. El secretario de Estado subrayó que la labor de USAID debe estar alineada con “el interés nacional y la política exterior de los Estados Unidos”, aunque no detalló los cambios específicos que pretende implementar.
Revisión de Programas y Críticas a USAID
Rubio indicó que se llevará a cabo una revisión programa por programa para determinar cuáles contribuyen a hacer “América más segura, fuerte o próspera”. Musk, por su parte, había sugerido previamente que Trump había “acordado” cerrar la agencia por completo, a la que el presidente ha calificado de “organización criminal”, acusándola de financiar investigaciones sobre armas biológicas, incluyendo proyectos que, según él, habrían llevado a la aparición del Covid-19.
USAID, establecida en 1961, es una agencia de poder blando que distribuye miles de millones de dólares anualmente a proyectos que promueven los intereses estadounidenses en el mundo, bajo la premisa del desarrollo humanitario. La semana pasada, Trump detuvo todos los programas de la agencia durante 90 días, ordenando una revisión caso por caso. Según Rubio, esta decisión ha llevado a “una cooperación mucho mayor” por parte de los beneficiarios de la asistencia estadounidense.
En un giro alarmante, la página web de USAID ha dejado de funcionar y su cuenta en la plataforma de redes sociales X, propiedad de Musk, ha desaparecido. Además, se ha informado que la agencia cerró su oficina principal en Washington D.C. y ha instruido a su personal a mantenerse alejado de las instalaciones.