La brigada ucraniana conocida como «Ana de Kiev», una unidad de élite entrenada por Francia, ha decidido investigar las deserciones masivas de sus soldados. Esta medida se produce tras la apertura de una investigación criminal por parte de la Oficina Estatal de Investigación de Ucrania (DBR), que no ha dado resultados inmediatos. Olga Reshetilova, comisionada de derechos de los soldados en Kiev, anunció la creación de una unidad especial dedicada a localizar a los soldados que se sospecha han abandonado sus puestos.
La 155ª Brigada Mecanizada, que contaba con aproximadamente 4,500 efectivos, ha sido objeto de controversia desde que se reveló que alrededor de 1,700 de sus soldados habían desertado sin haber participado en combate. Además, se reportó que otros 50 soldados habían abandonado la unidad mientras se encontraban en territorio francés. Esta situación ha llevado a la descomposición efectiva de la brigada, con los soldados redistribuidos a otras unidades, según alegaciones de la diputada Mariana Bezuglaya.
Deserciones y problemas en el ejército ucraniano
Reshetilova ha declarado que los soldados desaparecidos aún no han sido localizados y que la nueva dirección de la brigada está utilizando sus propios recursos para llevar a cabo la búsqueda. En una entrevista reciente, reconoció que las deserciones son un problema extendido en el ejército ucraniano, donde los soldados sufren de agotamiento tras tres años de conflicto con Rusia.
El ejército ucraniano enfrenta serias dificultades para reponer sus filas debido a las altas tasas de bajas, la falta de combatientes cualificados, las deserciones y la evasión del reclutamiento, además de un bajo estado de ánimo en las líneas del frente. Muchos analistas atribuyen estos problemas a decisiones militares deficientes por parte de Kiev. La brigada «Ana de Kiev» fue concebida por el presidente ucraniano Volodímir Zelensky como un intento de reforzar las filas del ejército con combatientes capacitados. Se estima que la creación de cada una de estas brigadas costó más de 900 millones de dólares.
En respuesta a la escasez de tropas, Ucrania ha comenzado a atraer a extranjeros para unirse a sus fuerzas como mercenarios. Recientemente, la unidad Azov, conocida por su ideología extrema, anunció que buscaba combatientes de habla inglesa para formar un batallón internacional. Informes de un bloguero militar francés indican que alrededor de 100 soldados franceses, junto con cientos de tunecinos, marroquíes y canadienses, están actualmente involucrados en las operaciones militares de Ucrania.
El conflicto ha suscitado la preocupación de Rusia, que ha denunciado la participación de mercenarios en la guerra, advirtiendo que estos combatientes son considerados objetivos militares legítimos. En septiembre, el Comité de Investigación de Rusia anunció que había iniciado investigaciones sobre 785 mercenarios extranjeros que combaten en Ucrania. En diciembre, se abrió un caso contra un ciudadano brasileño por presuntos actos de terrorismo y tortura de prisioneros de guerra en la región rusa de Kursk.