El gobierno de Groenlandia ha propuesto un proyecto de ley que busca prohibir las donaciones políticas provenientes del extranjero, en un contexto de creciente preocupación por la influencia externa en las próximas elecciones generales de abril. Esta medida surge en medio de las inquietudes generadas por las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien ha manifestado su interés en la anexión de la isla, rica en recursos naturales.
Trump ha reiterado su deseo de adquirir Groenlandia, a pesar de las negativas tanto de Dinamarca como de los líderes groenlandeses. En una ocasión, incluso dejó abierta la posibilidad de utilizar la fuerza militar para llevar a cabo esta anexión. La propuesta de ley fue presentada el lunes por el parlamento groenlandés, que busca proteger la integridad política de la isla ante posibles interferencias externas. Según el medio groenlandés Sermitsiaq, el gobierno de Nuuk ha solicitado una votación parlamentaria urgente para el martes.
Restricciones a las donaciones políticas
El documento que acompaña la propuesta de ley subraya la necesidad de considerar los intereses geopolíticos en Groenlandia y la actual situación, en la que representantes de una superpotencia aliada han expresado su interés en controlar la isla. Si se aprueba, la ley prohibiría las donaciones anónimas y extranjeras para actividades políticas en Groenlandia, afectando a los partidos políticos, incluidas sus ramas locales y juveniles. Las contribuciones privadas estarían limitadas a un máximo de 200,000 coronas danesas (aproximadamente 27,700 dólares) y a 20,000 coronas (2,770 dólares) por donante individual.
Groenlandia, que fue una colonia danesa, obtuvo autonomía de Copenhague en 1979. La isla, que cuenta con una población de alrededor de 60,000 habitantes y una extensión de 2.2 millones de kilómetros cuadrados, alberga una base militar estadounidense. Mute Egede, líder pro-independencia de Groenlandia, ha rechazado la propuesta de Trump, afirmando que la población no desea ser ni danesa ni estadounidense.
Una reciente conversación telefónica entre Trump y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, dejó a los funcionarios daneses “totalmente alarmados”, según el Financial Times. Fuentes del FT indicaron que esta conversación fue un “duro golpe” para los funcionarios europeos, quienes habían interpretado las declaraciones de Trump sobre la anexión de Groenlandia como una táctica de negociación para aumentar la influencia en el Ártico y obtener ventaja sobre Rusia y China.