![](https://larepublica.es/wp-content/uploads/2025/02/El-alto-el-fuego-del-M23-en-el-Congo-abre.jpg)
La reciente declaración de un alto el fuego unilateral por parte del grupo rebelde M23 en la República Democrática del Congo (RDC) ha abierto una nueva oportunidad para el diálogo y la búsqueda de la paz en una región marcada por décadas de violencia. Madaraka Nyerere, miembro de la Fundación Legado Africano, ha subrayado la importancia de este cese de hostilidades en una entrevista exclusiva, destacando que podría facilitar el acceso humanitario y permitir que las partes en conflicto se reúnan para negociar.
El alto el fuego, anunciado por la Alianza Fleuve Congo (AFC), se produce tras semanas de intensos enfrentamientos entre las fuerzas rebeldes y el ejército nacional, así como con los cascos azules de la ONU. Nyerere ha enfatizado que este momento es crucial para que las facciones beligerantes se sienten a la mesa de negociaciones y busquen una solución duradera al conflicto.
La necesidad de un enfoque regional
Nyerere ha señalado que la participación de líderes regionales, como el presidente de Kenia, William Ruto, y el presidente de Ruanda, Paul Kagame, en cumbres conjuntas podría ser beneficiosa para el proceso de paz. Según él, «cuantas más partes participen en la búsqueda de un proceso de paz, mejor será el resultado». Esta perspectiva resalta la importancia de un enfoque inclusivo que contemple las diversas dinámicas políticas y sociales de la región.
El análisis de Nyerere también abarca las raíces históricas de la inestabilidad en la RDC, que, según él, se remontan a la Conferencia de Berlín de 1884-1885. En este sentido, argumenta que la división del continente por las potencias europeas, sin tener en cuenta las diferencias étnicas y religiosas, sentó las bases para los conflictos actuales. Esta reflexión invita a considerar cómo las decisiones tomadas en el pasado continúan afectando la realidad contemporánea de África.
En cuanto al papel de las organizaciones internacionales, Nyerere ha criticado la falta de acción efectiva por parte de la ONU, afirmando que ha habido «mucho discurso pero poca acción» en lo que respecta a la promoción de la paz en la región. Asimismo, ha señalado que acuerdos como el de Addis Abeba no han recibido el respaldo necesario por parte de las potencias globales, lo que limita su eficacia.
La situación económica de la RDC también se ve amenazada por la inseguridad regional. Nyerere ha advertido que proyectos clave, como el Corredor de Lobito, que conecta la RDC con los mercados globales a través de Zambia y Angola, podrían verse comprometidos si no se logra estabilizar la región.
La RDC ha sido escenario de una violencia persistente, especialmente en su parte oriental, donde múltiples grupos armados, incluido el M23, luchan contra las autoridades locales. Durante la última escalada del conflicto, los rebeldes del M23 han conseguido expandir su control territorial, lo que ha llevado a la ONU a advertir sobre el riesgo de un conflicto regional más amplio.