Una vacuna para reducir las emisiones de metano en el ganado: la nueva esperanza contra el cambio climático

In Ciencia y Tecnología
febrero 07, 2025

La capacidad de las vacas para alimentarse exclusivamente de hierba es uno de los prodigios de la naturaleza, aunque conlleva un alto coste medioambiental. Durante la fermentación del pasto en el rumen, uno de los cuatro compartimentos del estómago de estos animales, se produce de manera natural metano, un gas de efecto invernadero que es 28 veces más potente que el dióxido de carbono, aunque su permanencia en la atmósfera es más corta. Este metano es liberado principalmente a través de eructos y flatulencias, y se estima que una sola vaca puede generar aproximadamente 90 kilogramos de este gas al año. Además, el metano también se emite a través del estiércol, y la ganadería es responsable de aproximadamente un tercio de las emisiones de metano relacionadas con la actividad humana, contribuyendo así a cerca del 30% del calentamiento global.

Algunas granjas que alimentan a las vacas en establos ya utilizan aditivos alimentarios que ayudan a reducir la producción de metano en el estómago del animal. Sin embargo, estos aditivos tienen desventajas, como su eficacia variable y la necesidad de un suministro constante, lo que resulta complicado si los animales tienen libertad para pastar. Como alternativa, se está investigando la posibilidad de desarrollar una vacuna, liderada por el Instituto Pirbright en el Reino Unido, que se centra en la virología del ganado. Según John Hammond, director de investigación en esta institución, la ventaja de una vacuna es que es una práctica comúnmente adoptada y ya existen infraestructuras que permiten su administración, además de ser bien recibida por los productores debido a los beneficios conocidos de la vacunación para la salud animal.

Investigación y desafíos

El esfuerzo internacional cuenta con un respaldo financiero de 9,4 millones de dólares por parte del Bezos Earth Fund, la entidad filantrópica del fundador de Amazon, destinada a combatir el cambio climático. Además, participan en esta iniciativa la Royal Veterinary College del Reino Unido y AgResearch, un laboratorio de innovación agrícola en Nueva Zelanda. La expectativa es que esta vacuna pueda ser administrada en una única dosis a los animales en etapas tempranas de su vida, logrando al menos una reducción del 30% en las emisiones de metano. Sin embargo, el desarrollo de esta vacuna presenta un desafío complejo, ya que los anticuerpos generados por el sistema inmunológico no son muy efectivos en el rumen, lo que complica su funcionamiento. Además, existen preocupaciones sobre el bienestar animal, y aunque se espera que no tenga efectos negativos sobre la salud de las vacas, esto aún no ha sido comprobado.

La búsqueda de una vacuna se ha considerado como el “santo grial” en la lucha contra las emisiones de metano, ya que una sola dosis podría reducir a largo plazo las emisiones de un animal, facilitando su implementación respecto a otras soluciones. Sin embargo, no hay garantías de que una vacuna sea factible. Existen diversas alternativas en estudio, como la cría selectiva, la edición genética de los microbios emisores de metano y los aditivos alimentarios, que actualmente son la solución más avanzada. A pesar de la promesa que ofrecen algunos aditivos, como el uso de algas rojas que podrían reducir drásticamente las emisiones, también han surgido preocupaciones sobre la salud animal y la seguridad alimentaria, lo que ha llevado a la aparición de desinformación y reacciones negativas por parte de los consumidores.

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