La guerra en Gaza ha trascendido el ámbito bélico para convertirse en un escenario de intensa confrontación mediática y judicial. En un contexto donde las redes sociales juegan un papel crucial, se han difundido vídeos y fotografías que evidencian presuntos crímenes cometidos por soldados israelíes. Estas imágenes, que muestran desde explosiones devastadoras hasta cuerpos sin vida, han sido compartidas tanto por las víctimas como, en algunos casos, por los propios perpetradores, lo que ha suscitado un debate global sobre la rendición de cuentas y la justicia internacional.
Según la Hind Rajab Foundation, estas pruebas podrían constituir crímenes de guerra y genocidio. Las relatoras de la ONU, Tlaleng Mofokeng y Francesca Albanese, han afirmado que “el mundo está siendo testigo del primer genocidio mostrado en tiempo real por sus víctimas”. Esta declaración resalta la gravedad de la situación y la necesidad de un análisis profundo sobre las acciones de Israel en Gaza.
Acusaciones y acciones legales
La Hind Rajab Foundation, con sede en Bélgica, ha reunido a abogados y activistas para preparar acusaciones contra soldados israelíes, las cuales se presentarán ante la Corte Penal Internacional (CPI). Las denuncias incluyen saqueos, torturas y asesinatos, respaldadas por vídeos y datos geolocalizados. Hasta la fecha, se han presentado pruebas contra aproximadamente 1.000 soldados, aunque la CPI enfrenta limitaciones debido a que Israel no es parte del Estatuto de Roma, lo que impide que se ordenen detenciones dentro del país.
En este contexto, se han presentado 27 casos en 13 países, incluyendo España y Argentina, aunque hasta ahora no ha habido detenciones. La reciente detención en España de un soldado israelí, Mori Keisar, por crímenes de guerra, ha puesto de manifiesto la complejidad de estas acciones legales. Sin embargo, Keisar logró huir a Israel, lo que evidencia las dificultades que enfrentan las organizaciones que buscan justicia.
Brasil ha sido el único país que ha emitido una orden de arresto contra un soldado israelí, Yuval Cagdani, acusado de crímenes de guerra. Sin embargo, Israel facilitó su huida hacia Argentina, donde fue recibido por el nuevo gobierno de Javier Milei. Este tipo de situaciones pone de relieve la falta de voluntad política en algunos países para hacer frente a las acusaciones de crímenes de guerra.
A pesar de los esfuerzos de la Hind Rajab Foundation, la impunidad ha sido la norma en el conflicto israelo-palestino. Amnistía Internacional ha denunciado que esta “burbuja de impunidad” ha sido sostenida durante décadas por el apoyo de líderes occidentales, que han proporcionado un escudo diplomático y un suministro militar constante a Israel. La investigadora de Human Rights Watch, Milena Ansari, ha señalado que la sensación de impunidad entre los soldados israelíes ha aumentado significativamente desde octubre de 2023.
En respuesta a las crecientes acusaciones, el gobierno israelí ha advertido a sus tropas sobre los riesgos de publicar contenido en redes sociales y ha aconsejado evitar viajar al extranjero. Además, se ha publicado una guía que orienta a los soldados sobre cómo actuar en caso de ser arrestados fuera del país, lo que refleja la preocupación del Estado israelí por las posibles repercusiones legales de sus acciones en Gaza.
La situación ha llevado a una crisis interna en el ejército israelí, con un aumento en las renuncias de oficiales de alto rango. El estrés de combate y la presión psicológica han sido factores determinantes en esta crisis, lo que sugiere que la moral dentro de las fuerzas armadas está siendo afectada por el contexto actual.
La denuncia presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por genocidio en Gaza, respaldada por un extenso dosier, ha intensificado el debate sobre la responsabilidad de Israel. Sin embargo, la complejidad de probar el genocidio y la falta de mecanismos efectivos para hacer cumplir las decisiones de la CPI complican la situación. La catedrática de derecho internacional, Ana Manero, ha destacado que el crimen de genocidio es difícil de probar, pero las declaraciones de líderes políticos podrían servir como elementos probatorios.
A pesar de las dificultades, el miedo a la persecución judicial parece estar comenzando a afectar a soldados y funcionarios israelíes, lo que podría marcar un cambio en la dinámica del conflicto y la búsqueda de justicia para las víctimas en Gaza.