El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto la toma de control de Gaza y la reubicación de su población palestina en países árabes vecinos. Esta iniciativa ha suscitado una fuerte condena por parte de Bassem Naim, líder de la rama política de Hamas, quien la califica de “limpieza étnica” y un “crimen contra la humanidad”.
En una reciente conferencia de prensa junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump reiteró su intención de trasladar a los palestinos fuera de Gaza, sugiriendo que el enclave podría convertirse en la “Riviera del Medio Oriente” tras la devastación causada por 15 meses de conflicto entre Israel y Hamas.
Reacciones de Hamas y países árabes
Naim enfatizó que los habitantes de Gaza deben tener la libertad de decidir dónde vivir. “Creemos que el pueblo palestino es lo suficientemente maduro para decidir por sí mismo, y puede elegir dónde vivir y cómo vivir. Esta es nuestra tierra”, afirmó. Además, subrayó que la solución a la inestabilidad en la región radica en el reconocimiento de los derechos genuinos de los palestinos, incluyendo su independencia y el derecho de retorno.
La propuesta de Trump ha sido recibida con rechazo por parte de los gobiernos de Egipto y Jordania. El rey Abdullah II de Jordania ha dejado claro que no aceptará ninguna iniciativa que implique el desplazamiento de los palestinos, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Badr Abdelatty, ha contactado a sus homólogos en otros países árabes para “frustrar la propuesta estadounidense de desplazar al pueblo palestino de sus territorios”.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, ha indicado que Trump ha estado en contacto con estos países, esperando que acepten recibir a los refugiados palestinos. Sin embargo, tanto Egipto como Jordania han rechazado de manera firme esta propuesta, lo que pone de manifiesto la complejidad de la situación en la región y la falta de apoyo a las iniciativas unilaterales de Estados Unidos.
Naim, por su parte, ha insistido en que la idea de deportar a los palestinos y tomar control de Gaza constituye un “crimen de guerra”, reiterando que “esto es una limpieza étnica”. La situación en Gaza, que ha sido objeto de múltiples reconstrucciones tras conflictos anteriores, sigue siendo crítica, y muchos refugiados anhelan regresar a su hogar a pesar de la devastación.
