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La guerra de mapas: cómo la cartografía define el conflicto en Oriente Medio

In Sin categoría
febrero 09, 2025

Los mapas son parte integral de nuestra vida cotidiana, presentes en teléfonos móviles, paneles de coches e incluso en libros de texto. Sin embargo, más allá de su utilidad práctica, todos los mapas tienen un componente político subyacente. La elaboración de un mapa implica decisiones sobre qué incluir y qué omitir, lo que revela diferentes narrativas sobre los territorios y las comunidades que los habitan.

Este fenómeno se observa con particular intensidad en regiones en conflicto, como Israel y los territorios palestinos. Desde la creación del estado de Israel en 1948, diversas organizaciones e intereses políticos han estado inmersos en lo que se puede describir como una «guerra de mapas». Las representaciones cartográficas de esta región utilizan la nomenclatura de lugares, la demarcación de fronteras y la inclusión o exclusión de ciertas áreas para presentar visiones geopolíticas contrastantes.

Una historia de la cartografía en el conflicto

Tradicionalmente, los mapas han servido para representar cosmologías y sistemas de creencias. Sin embargo, desde el siglo XVII, se han convertido en herramientas esenciales para la creación de estados-nación, ayudando a anexar territorios y a definir derechos de propiedad. Con el avance de la tecnología, hoy en día cualquiera con acceso a un ordenador e internet puede crear y difundir mapas alternativos que reflejan diferentes visiones de un territorio y reclamos geopolíticos variados.

Durante el Mandato Británico de Palestina (1917-1947), se llevaron a cabo levantamientos topográficos para ejercer control sobre el territorio y su población. Para 1948, solo el 20% del área que se conoce como Palestina histórica había sido mapeada, un hecho que ha alimentado disputas territoriales hasta la actualidad. Los esfuerzos británicos de mapeo facilitaron a Israel declarar gran parte del territorio como tierras del estado, deslegitimando así las reivindicaciones palestinas.

La cartografía también desempeñó un papel crucial en la construcción del estado israelí. Los cartógrafos y planificadores asignaron derechos de tierra y ayudaron a construir la infraestructura del estado, desde carreteras hasta ferrocarriles. A su vez, el establecimiento del estado israelí implicó la reconfiguración de los mapas de la región, sustituyendo nombres árabes y cristianos por nombres hebreos y omitiendo topografías palestinas.

A pesar de estos desafíos, algunos cartógrafos palestinos continúan produciendo mapas que incluyen sitios con nombres palestinos y representan la Palestina histórica anterior a 1948. Estos mapas son utilizados para abogar por el derecho a la tierra y fomentar un sentido de pertenencia nacional. Los cartógrafos que colaboran con la Autoridad Palestina también desarrollan mapas oficiales de Cisjordania y Gaza, alineándose con la legislación internacional y demarcando estas áreas como ocupadas por Israel.

La guerra de 1967 y la ocupación posterior de Gaza y Cisjordania intensificaron las disputas cartográficas. Diferentes corrientes políticas en Israel han utilizado los mapas para promover visiones geopolíticas incompatibles. Por un lado, los mapas del «campo de paz» se adhieren a la delimitación de territorios según el derecho internacional, mientras que los mapas oficiales del gobierno israelí dejaron de incluir la Línea Verde, la frontera reconocida internacionalmente entre Israel y Cisjordania, después de 1967.

Los Acuerdos de Oslo de 1993, que buscaban establecer un marco para la autogobernanza palestina, también dependieron de mapas para definir las fronteras. Sin embargo, la visión de una solución de dos estados ha sido cuestionada, especialmente tras el ataque de Hamas a Israel en octubre de 2023, que muchos consideran como un golpe mortal a este concepto.

La reciente guerra entre Israel y Hamas ha estado marcada por el uso intensivo de mapas. El ejército israelí publicó un «mapa de evacuación» que dividía la Franja de Gaza en zonas, permitiendo a los palestinos consultar si debían evacuar sus vecindarios. No obstante, este mapa también tenía un objetivo político: demostrar al mundo que Israel se preocupaba por la protección de los civiles, aunque su implementación generó confusión y temor entre la población palestina.

Los mapas no solo sirven para interpretar el pasado y el presente, sino que también ayudan a imaginar el futuro. En enero de 2024, diversas organizaciones de derecha israelíes llevaron a cabo una conferencia para planificar la reubicación de Gaza y aumentar los asentamientos judíos en Cisjordania. Los participantes abogaron por la «emigración voluntaria» de palestinos hacia el Sinaí, utilizando un mapa de grandes dimensiones que mostraba la localización de los asentamientos propuestos.

Por otro lado, iniciativas palestinas como «Palestina Emergente» utilizan mapas que conectan Gaza con Cisjordania, buscando transformar Gaza en un centro comercial e integrarlo a la economía global. Estos esfuerzos continúan a pesar de las adversidades que enfrenta la población palestina.

Con la actual administración estadounidense alineada con políticas israelíes de derecha, los mapas de un «Gran Israel» pueden guiar las futuras decisiones políticas. Esto se evidencia en la propuesta del expresidente Donald Trump de «tomar el control» de Gaza, una idea que implicaría mover a sus habitantes y convertir el enclave en «la Riviera del Medio Oriente». Esta estrategia no solo reconfiguraría las fronteras en el Medio Oriente, sino que también perpetuaría las «guerras de mapas» en la región.

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.