La preocupación por el deshielo en el Ártico ha aumentado considerablemente en la comunidad científica debido a la acelerada disminución de la cobertura de hielo marino. Este fenómeno no solo afecta a la fauna y flora local, sino que también plantea serias dudas sobre el futuro del ecosistema marino en la región. Un equipo de investigadores de la Universidad Atlántica de Florida (FAU) ha presentado un diseño innovador que podría facilitar la monitorización continua de estos cambios climáticos en condiciones extremas.
Una solución autónoma para la observación del Ártico
El diseño propuesto consiste en un pequeño buque de casco doble (SWATH) que servirá como estación de carga y acoplamiento para vehículos submarinos autónomos (AUV) y vehículos aéreos no tripulados (UAV). Este buque está concebido para ofrecer una estabilidad excepcional, permitiendo su operación en un entorno de hielo en descomposición y en diversas condiciones marinas. Además, su diseño se basa en la autosuficiencia, utilizando energía solar y una turbina submarina para garantizar un soporte continuo de las misiones de investigación.
Los métodos tradicionales de observación del océano suelen ser limitados tanto en cobertura temporal como espacial, y las condiciones climáticas adversas dificultan la intervención de embarcaciones tripuladas. Las imágenes satelitales, aunque útiles, no logran captar los detalles que son esenciales para comprender la estructura del hielo marino. Por lo tanto, la propuesta de la FAU busca superar estas limitaciones mediante el uso de tecnología avanzada que permita una vigilancia constante desde el aire, la superficie del agua y bajo el agua.
El sistema de observación autónoma ha sido diseñado para adaptarse a las condiciones únicas del Ártico. La energía generada por el viento y la corriente marina será fundamental para el funcionamiento del buque, que está destinado a investigar la zona de deshielo. Los resultados del estudio, publicados en la revista Applied Ocean Research, indican que emplear el movimiento de un velero propulsado por el viento para generar energía mediante una turbina submarina es una estrategia viable para apoyar misiones de monitoreo a largo plazo en el océano Ártico.
Esta plataforma de observación no solo permitirá una recolección de datos más precisa sobre el deshielo del hielo marino, sino que también integrará UAVs y AUVs para la recopilación de información en tiempo real sobre el ecosistema. Los UAVs, equipados con cámaras y sensores de alta resolución, se encargarán de la cartografía y navegación, mientras que los AUVs recogerán datos submarinos críticos.
La implementación de un sistema de acoplamiento como el DJI Dock 2 permitirá que los UAVs aterricen, se recarguen y se desplieguen de forma autónoma, mientras que un sistema avanzado de acoplamiento submarino facilitará el reabastecimiento y la transferencia de datos de los AUVs, ampliando así su rango de operación. Estos instrumentos de investigación están diseñados para recopilar datos específicos de las misiones, que serán procesados a bordo y transmitidos por satélite, garantizando un monitoreo oceánico a largo plazo sin intervención humana.
Tal como explica Tsung-Chow Su, profesor en la FAU, «nuestro sistema de observación autónoma ofrece un enfoque integral para estudiar el entorno ártico y monitorear el impacto del deshielo del hielo marino». La capacidad de esta plataforma para operar de manera autosuficiente y continuar con la recolección de datos es un avance significativo que puede contribuir a la investigación científica, la protección ambiental y la gestión de recursos en la región, estableciendo las bases para un monitoreo durante todo el año.
La relevancia de este tipo de innovaciones se hace aún más evidente al considerar la influencia del deshielo en los organismos marinos, como el fitoplancton y las algas, que desempeñan un papel crucial en la cadena alimentaria y en las interacciones océano-atmósfera. Este nuevo sistema no solo podría mejorar nuestra comprensión científica sobre estos aspectos, sino que también podría ayudar a las comunidades indígenas de Alaska a adaptarse a los cambios en la fauna y en los recursos alimentarios.