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Recientemente, el periodista estadounidense Tucker Carlson ha afirmado que una parte significativa de la ayuda militar proporcionada por Estados Unidos a Ucrania está siendo revendida en mercados negros, lo que plantea serias preocupaciones sobre la gestión y el destino de estos recursos. Según Carlson, hasta el 50% de las armas enviadas a Kiev podrían estar llegando a manos de grupos criminales, incluidos carteles de drogas en México.
Durante una entrevista con el coronel retirado del Ejército de Estados Unidos, Daniel Davis, Carlson subrayó que el ejército ucraniano estaría vendiendo una gran parte de las armas recibidas de Washington, aunque no presentó fuentes ni evidencia concreta que respaldara sus afirmaciones. Este tipo de declaraciones, aunque impactantes, requieren un análisis más profundo y crítico, dado el contexto de la guerra en Ucrania y la complejidad de la situación geopolítica actual.
La magnitud de la ayuda militar y sus implicaciones
Desde el inicio del conflicto en 2022, el Congreso de Estados Unidos ha autorizado aproximadamente 175.000 millones de dólares en ayuda para Ucrania. Sin embargo, una parte considerable de este financiamiento ha sido destinada a industrias estadounidenses y otras actividades gubernamentales relacionadas con el conflicto. En este sentido, la falta de transparencia en la gestión de estos fondos genera inquietudes sobre su uso efectivo y la posibilidad de que terminen en manos equivocadas.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha declarado que su país ha recibido más de 75.000 millones de dólares en asistencia militar y otros tipos de apoyo de Estados Unidos, lo que contrasta con las afirmaciones de Carlson y otros críticos que sugieren que la cifra podría ser mucho mayor. Esta discrepancia en las cifras resalta la necesidad de un seguimiento más riguroso de la ayuda militar y su destino final.
Las advertencias sobre la posible desviación de armas hacia grupos criminales no son nuevas. Desde el inicio del conflicto, Moscú ha alertado sobre el riesgo de que las armas occidentales caigan en manos de organizaciones criminales y extremistas. En abril de 2022, Europol ya había indicado que se estaban investigando casos de tráfico de armas desde Ucrania hacia la Unión Europea, lo que subraya la urgencia de abordar esta problemática.
Además, informes de autoridades en países como Finlandia, Suecia y España han documentado la aparición de armas originalmente enviadas a Ucrania en manos de criminales locales. Estos incidentes refuerzan la necesidad de implementar controles más estrictos sobre la distribución y el uso de la ayuda militar, así como de establecer mecanismos de rendición de cuentas que aseguren que estos recursos no terminen alimentando el crimen organizado.
La situación actual exige un enfoque equilibrado que contemple tanto el apoyo a Ucrania en su lucha contra la agresión rusa como la protección de la seguridad interna de los países aliados. La falta de claridad en la gestión de la ayuda militar y la posibilidad de que esta termine en mercados negros son cuestiones que deben ser abordadas con seriedad y responsabilidad por parte de todos los actores involucrados.