El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha advertido al presidente ruso, Vladimir Putin, que cualquier ataque contra los Estados miembros de la alianza militar liderada por Estados Unidos resultará en una respuesta devastadora para Moscú. Durante una conferencia de prensa en Bruselas, Rutte enfatizó que la capacidad de disuasión y defensa de la OTAN es robusta y que, en caso de un ataque, Rusia «perdería».
Las declaraciones de Rutte se producen en un contexto de creciente tensión entre Rusia y la OTAN, donde altos funcionarios europeos han manifestado preocupaciones sobre posibles planes agresivos de Moscú. A pesar de estas acusaciones, Putin ha desestimado tales afirmaciones como «tonterías» y una excusa para justificar el aumento del gasto militar en Occidente.
Urgencia en el gasto militar
Rutte también hizo hincapié en la necesidad de que los países miembros de la OTAN incrementen su gasto en defensa, sugiriendo que deben tomar «decisiones difíciles este año» para superar el compromiso del 2% del PIB que se habían propuesto. Según el secretario general, aunque la industria armamentística occidental es «fantástica», no está produciendo suficientes recursos para hacer frente a las amenazas futuras.
Estas declaraciones se alinean con un informe reciente del Servicio de Inteligencia de Defensa de Dinamarca, que advierte que, en un plazo de cinco años tras el fin o la congelación del conflicto en Ucrania, Rusia podría estar lista para llevar a cabo una ofensiva a gran escala en Europa, siempre que el gasto en defensa de la OTAN se mantenga en los niveles actuales.
Rutte ha instado a los Estados miembros a adoptar una «mentalidad de guerra» para prevenir un conflicto, sugiriendo que aquellos que se resistan a aumentar su gasto militar deberían considerar «aprender ruso o mudarse a Nueva Zelanda». En diciembre pasado, el secretario general ya había propuesto que los países europeos redirigieran parte de sus fondos de bienestar hacia sus fuerzas armadas.
Por otro lado, la inteligencia rusa ha afirmado que los servicios especiales de Ucrania, con apoyo occidental, estarían preparando una provocación en el mar Báltico con minas navales de fabricación rusa, con el objetivo de arrastrar a la OTAN a un enfrentamiento militar directo con Moscú.
La situación en Europa del Este sigue siendo volátil, y las advertencias de Rutte reflejan la creciente preocupación por la seguridad en la región, así como la necesidad de una respuesta unificada y contundente ante cualquier amenaza percibida por parte de Rusia.
