El auge de las farmacéuticas chinas: ¿un desafío para la biotecnología estadounidense?

In Economía
febrero 13, 2025

Recientemente, la industria biotecnológica ha sido testigo de un giro sorprendente que implica una creciente colaboración entre empresas estadounidenses y chinas. Un ejemplo notable es la empresa Summit Therapeutics, que ha afirmado haber desarrollado un fármaco experimental contra el cáncer que supera la eficacia del famoso Keytruda de Merck. Este avance, logrado en ensayos clínicos realizados exclusivamente en China, ha suscitado tanto admiración como escepticismo en el sector biopharma estadounidense.

A medida que las empresas chinas han comenzado a destacar por la calidad de sus moléculas, han atraído la atención de grandes farmacéuticas de Estados Unidos. En el último año, aproximadamente el 30% de los acuerdos de Big Pharma que superaron los 50 millones de dólares involucraron a compañías chinas, un aumento significativo respecto al 20% del año anterior y al 0% de hace cinco años, según datos de DealForma.

La transformación de la industria biopharma

La percepción de China como un mercado menor ha cambiado drásticamente. Hace apenas dos décadas, las empresas biopharma estadounidenses mostraban poco interés en el país. Sin embargo, ahora se están estableciendo vínculos robustos que permiten a las compañías estadounidenses acceder a innovaciones a un costo reducido. La necesidad de financiación por parte de las empresas chinas ha llevado a un aumento en las asociaciones y licencias, creando un escenario donde las farmacéuticas estadounidenses pueden adquirir activos prometedores a precios más bajos.

Por otro lado, la evolución de la industria biotecnológica china ha sido respaldada por políticas gubernamentales que fomentan la investigación y el desarrollo. Este enfoque ha permitido a China avanzar desde una posición de productor de medicamentos genéricos hacia la creación de nuevos compuestos químicos que pueden competir a nivel global. De hecho, Bain Capital Life Sciences ha comenzado a priorizar las inversiones en China desde 2018, reconociendo el esfuerzo sistemático del gobierno chino por evolucionar en este sector.

Sin embargo, el ascenso de China en el ámbito biopharma también ha generado inquietudes en Estados Unidos. Algunos analistas advierten que la capacidad de las farmacéuticas chinas para ofrecer medicamentos eficaces a precios más bajos podría perjudicar a las startups estadounidenses. A pesar de estas preocupaciones, hay quienes argumentan que la competencia puede beneficiar a la industria en su conjunto, impulsando la innovación y la reducción de precios en los medicamentos.

A medida que avanza esta tendencia, las empresas estadounidenses están cada vez más cómodas con la idea de realizar acuerdos con compañías chinas, lo que podría transformar la dinámica del sector. Sin embargo, persisten las dudas sobre si los reguladores estadounidenses aceptarán los datos de ensayos clínicos realizados en China, lo que añade una capa de complejidad a estos nuevos vínculos comerciales.

El reciente acuerdo de Merck para licenciar un fármaco experimental contra la obesidad de la empresa china Hansoh por hasta 2.000 millones de dólares ha causado una caída notable en las acciones de Viking Therapeutics, lo que subraya la presión que las empresas estadounidenses sienten ante la creciente competencia internacional. Este movimiento es visto por algunos como un paralelo al avance de las empresas chinas en el ámbito de la inteligencia artificial, donde la innovación y la competitividad están en constante aumento.

En un contexto de creciente proteccionismo en Estados Unidos, existe la posibilidad de que se implementen políticas que restrinjan las colaboraciones con empresas chinas, lo que podría alterar este nuevo panorama de cooperación. A medida que la carrera en biopharma se intensifica, el papel de las políticas gubernamentales y la regulación se vuelve crucial para definir el futuro de la industria.

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