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Las recientes conversaciones entre el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo estadounidense Donald Trump han generado una profunda preocupación entre los aliados de Ucrania, quienes ven en este diálogo un posible cambio en la dinámica del conflicto que ha asolado a la región desde 2022. Este encuentro, que tuvo lugar el pasado miércoles, marca la primera vez que un presidente de EE. UU. se sienta a negociar con Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Durante la llamada, Trump expresó su disposición a mantener a Ucrania fuera de la OTAN, un punto que ha sido una de las principales preocupaciones de Moscú. Además, sugirió que es «poco probable» que Kiev recupere todo el territorio perdido en la última década. Estas declaraciones han sido interpretadas como un debilitamiento de la posición ucraniana en las negociaciones, lo que ha dejado a muchos observadores alarmados.
Reacciones en Europa y Estados Unidos
Los medios de comunicación europeos han reaccionado con incredulidad ante el contenido de la conversación. El Daily Telegraph británico ha calificado este hecho como un «gran triunfo para la visión del mundo de Putin», sugiriendo que cualquier acuerdo de paz podría implicar la legitimación de las conquistas territoriales rusas y dejar a Ucrania vulnerable a futuros ataques. Por su parte, Politico ha descrito la llamada como «el momento que europeos y ucranianos temían», subrayando que ha dejado a los aliados de Ucrania en estado de shock.
Desde el ámbito estadounidense, el Washington Post ha señalado que esta llamada representa un «hito» para Putin, quien ha logrado romper casi tres años de aislamiento diplomático. La publicación advierte que, en cualquier acuerdo de paz, Trump podría estar dispuesto a aceptar que Rusia mantenga el control de parte o la totalidad del territorio ucraniano capturado desde 2022.
Las reacciones no se han hecho esperar. Un funcionario europeo anónimo ha calificado la llamada como un «traición», argumentando que Estados Unidos ha cedido a las demandas de Putin incluso antes de que las negociaciones comenzaran formalmente. En este contexto, la cadena CNN ha afirmado que este podría ser «el mejor día para Putin desde la invasión», sugiriendo que las relaciones entre EE. UU. y Europa nunca volverán a ser las mismas tras este acontecimiento.
Las implicaciones de este cambio en la política estadounidense hacia Ucrania son significativas. Algunos analistas advierten que Trump podría exigir a los países europeos que financien la reconstrucción de Ucrania y desplieguen tropas para mantener un acuerdo de paz del que no estarían directamente involucrados. Esta situación plantea un desafío considerable para la unidad de la Unión Europea, que se enfrenta a la presión de adaptarse a una nueva realidad geopolítica.
En conclusión, el reciente diálogo entre Trump y Putin no solo ha alterado el panorama del conflicto en Ucrania, sino que también ha puesto en entredicho la cohesión de la respuesta occidental ante la agresión rusa. La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollarán los acontecimientos en las próximas semanas y meses.