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Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Colorado ha revelado que las áreas de distribución de los árboles en el interior del oeste de Estados Unidos están disminuyendo como resultado del cambio climático, sin que estas logren expandirse hacia climas más frescos y húmedos. Esta investigación, que analizó datos de más de 25,000 parcelas forestales, sugiere que los bosques no están regenerándose lo suficientemente rápido para hacer frente a las alteraciones provocadas por el cambio climático, como los incendios forestales, los insectos y las enfermedades.
A medida que las temperaturas aumentan, se esperaba que las especies arbóreas se desplazaran hacia zonas con condiciones más favorables. Sin embargo, los resultados del estudio indican que, en las partes más cálidas de sus rangos de distribución, los árboles no están logrando regenerarse. Este hallazgo ha sorprendido a los investigadores, quienes también concluyeron que la mayoría de las 15 especies de árboles estudiadas no están ganando terreno en áreas donde las condiciones son más propicias, lo que sugiere que estas especies no podrán trasladarse a climas más adecuados sin intervención humana.
Desafíos para la regeneración forestal
La investigación, publicada en la revista Nature Climate Change, destaca que las áreas de distribución de los árboles están contrayéndose no solo en zonas perturbadas por incendios y plagas, sino también en áreas no alteradas. A través de 30 años de datos sobre perturbaciones, los investigadores probaron la hipótesis de que eventos como los incendios podrían facilitar el movimiento de los árboles hacia áreas más frescas al eliminar la competencia por recursos en su zona climática preferida. Sin embargo, los resultados mostraron que este no es el caso.
La autora principal del estudio, Katie Nigro, enfatiza que los árboles son vitales para la calidad del agua, el aire limpio, el hábitat de la vida silvestre y las oportunidades recreativas. Por lo tanto, es fundamental que los gestores forestales comprendan dónde pueden mantener ciertas especies en el paisaje. La falta de regeneración en las zonas más cálidas y secas de su rango de distribución, así como la incapacidad de expandirse hacia los límites más frescos y húmedos, subraya la necesidad de considerar la migración asistida de árboles.
El artículo también advierte que el aumento de incendios, insectos y enfermedades debido al cambio climático puede eliminar fuentes de semillas, dificultando aún más la regeneración. Las semillas enfrentan el desafío adicional de desplazarse hacia áreas más frescas, donde las condiciones son más adecuadas. Según Monique Rocca, coautora del estudio, varios factores, incluida la gravedad, complican este movimiento.
Algunos árboles, como el roble Gambel, han demostrado ser más resistentes y han continuado regenerándose en sus áreas actuales. Sin embargo, la mayoría de las especies no muestran esta misma capacidad. La investigación utiliza datos de campo a largo plazo del programa de Inventario y Análisis Forestal del Servicio Forestal de EE. UU., que realiza un seguimiento continuo del crecimiento o la pérdida de árboles en todo el país.
Los resultados de este estudio son cruciales para los gestores de tierras y los silvicultores, quienes deben decidir si conservar los árboles en las partes más cálidas de sus rangos de distribución o comenzar a transitar hacia sistemas más resilientes al calor y la sequía. Esta investigación no solo proporciona un panorama general de la situación actual de los bosques, sino que también ofrece información valiosa para futuras intervenciones en la gestión forestal.