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El empresario ruso de criptomonedas y programador Aleksandr Vinnik ha regresado a Moscú como parte de un acuerdo de intercambio de prisioneros con Washington, tras haber pasado más de siete años en cárceles de Grecia, Francia y Estados Unidos. La llegada de Vinnik se produjo en un contexto de creciente tensión entre las dos potencias, justo antes de una conversación telefónica entre los líderes de EE. UU. y Rusia.
Vinnik aterrizó en el aeropuerto Vnukovo de Moscú la noche del jueves, un día después de que el profesor estadounidense y exdiplomático Marc Fogel, encarcelado en Rusia por cargos de tráfico de drogas, regresara a suelo estadounidense. Al llegar, Vinnik expresó su agradecimiento a varias figuras, incluyendo al presidente Vladimir Putin y al ministro de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov. “Quiero agradecer a todos. Primero que nada, al presidente Vladimir Vladimirovich Putin. A nuestro jefe diplomático, Sergey Lavrov, a todos los diplomáticos, todos los servicios especiales, a mis abogados, a mis familiares y amigos, a todos. Y especialmente a mi familia”, declaró a la agencia RIA Novosti.
Vinnik también hizo mención del expresidente Donald Trump, sugiriendo que su intervención fue crucial para facilitar su regreso. Detalló que fue transportado en un vuelo especial desde EE. UU. a Moscú, con una parada para reabastecimiento en Polonia.
Contexto del intercambio y antecedentes legales
El presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal rusa, Leonid Slutsky, calificó el regreso de Vinnik como “otra victoria de la diplomacia rusa y de todos los servicios y departamentos involucrados en el proceso de su liberación”. Vinnik había sido extraditado a Estados Unidos bajo la controvertida ley de “extraterritorialidad” y pasó casi ocho años en prisión sin recibir una sentencia judicial formal.
Arrestado en Grecia en 2017, Vinnik enfrentó solicitudes de extradición tanto de Rusia como de EE. UU. y Francia por diversos cargos, incluyendo hacking, fraude y lavado de dinero. En 2020, fue extraditado a Francia, pero terminó en custodia estadounidense dos años después, donde finalmente se declaró culpable de conspiración para cometer lavado de dinero en mayo de 2024. En EE. UU., se le acusó de haber lavado entre 4.000 y 9.000 millones de dólares a través de la plataforma de intercambio de criptomonedas BTC-e, mientras que en Rusia enfrentaba cargos similares, aunque por un monto significativamente menor de aproximadamente 8 millones de dólares.
A lo largo de los años, Vinnik ha manifestado su deseo de enfrentar los cargos en su país de origen, argumentando su anhelo de estar más cerca de su familia. “Ya estoy en casa, con mi familia. Aún no lo creo”, comentó al reunirse con sus seres queridos, aunque lamentó que sus hijos estaban dormidos en ese momento.
La madre de Vinnik compartió su emoción con RT, expresando que “no podía decir una palabra” al ver a su hijo tras tantos años. “No se ha roto [tras la prisión]. Es el mismo, tiene un gran corazón y no se ha vuelto amargo”, añadió.