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Una intensa tormenta de lluvia está azotando el sur de California, llevando a las autoridades de Los Ángeles a prepararse para posibles inundaciones y deslizamientos de tierra en las áreas afectadas por los devastadores incendios forestales que arrasaron la región el pasado enero.
Se prevé que las precipitaciones alcancen hasta seis pulgadas (15 centímetros) en algunos puntos, según los pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología (NWS). Este volumen de agua en un corto periodo de tiempo representa un riesgo significativo, especialmente en las zonas que sufrieron incendios, que se cobraron la vida de al menos 29 personas.
Ryan Kittell, meteorólogo del NWS, advirtió que existe un alto riesgo de inundaciones, sobre todo en áreas urbanas y carreteras, así como un riesgo considerable de flujos de escombros. En consecuencia, la agencia emitió un aviso de inundaciones repentinas para la mayor parte del condado de Los Ángeles.
Riesgos asociados a los deslizamientos de tierra
El mayor peligro se prevé en torno a las cicatrices de quemado en Altadena y en las áreas de Pacific Palisades. Los deslizamientos de tierra son posibles en las laderas donde la vegetación que ancla el suelo ha sido destruida por las llamas. Además, el calor generado por los incendios ha endurecido el suelo, lo que lo hace menos capaz de absorber agua.
Las autoridades han instado a los residentes que habitan cerca de estas laderas a estar preparados para evacuar sus hogares si es necesario. En las últimas semanas, se han instalado miles de sacos de arena y barreras de hormigón en Los Ángeles para intentar mitigar la erosión del suelo.
El NWS ha señalado que el jueves por la tarde y la noche serán los periodos más peligrosos, con tasas de lluvia que podrían oscilar entre media pulgada y una pulgada por hora, y en algunos casos, tasas localizadas superiores a 1.2 pulgadas por hora.
Este sistema de tormenta está siendo impulsado por un «río atmosférico», una inmensa corriente de lluvia que transporta miles de millones de litros de humedad desde el océano Pacífico. Si bien las preocupaciones inmediatas por inundaciones son alarmantes, es importante señalar que el sur de California necesita urgentemente estas lluvias. Hasta principios de febrero, la región había estado sufriendo una falta de precipitaciones significativas durante aproximadamente ocho meses.
La situación en el sur de California es un claro recordatorio de la vulnerabilidad de la región ante fenómenos climáticos extremos, exacerbados por un contexto de sequía prolongada y cambios climáticos que continúan generando incertidumbre en la previsibilidad del tiempo.