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Recientemente, la comunidad científica ha puesto su atención en un asteroide recién descubierto, denominado 2024 YR4, que ha generado cierta inquietud debido a un ligero aumento en la probabilidad de impacto con la Tierra en el año 2032. Sin embargo, los expertos subrayan que la posibilidad de que este asteroide colisione con nuestro planeta sigue siendo extremadamente baja, con solo un 2% de probabilidad.
Las estimaciones iniciales indicaban que el riesgo era de poco más del 1%, pero los cálculos recientes han ajustado esta cifra al 2%. A pesar de este aumento, NASA describe la situación como «extremadamente baja» y prevé que la probabilidad de un impacto fluctúe a medida que se comprenda mejor la trayectoria del asteroide alrededor del sol, con posibilidades de que se reduzca a cero.
Características del asteroide 2024 YR4
Descubierto por un telescopio en Chile en diciembre, el asteroide 2024 YR4 tiene un tamaño estimado entre 40 y 90 metros de diámetro. Este tipo de cuerpos celestes son vestigios de la formación del sistema solar hace aproximadamente 4.600 millones de años y, en su mayoría, se encuentran en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Sin embargo, algunos, como el 2024 YR4, pueden ser expulsados de esta zona y acercarse a la Tierra.
Los próximos pasos para los científicos incluyen observaciones del telescopio Webb de la NASA y de la Agencia Espacial Europea, que se llevarán a cabo en marzo. Estas observaciones permitirán obtener mediciones más precisas del asteroide antes de que desaparezca temporalmente de la vista, ya que no volverá a pasar cerca de la Tierra hasta 2028.
Los expertos advierten que la incertidumbre en cuanto al tamaño y la órbita del asteroide dificulta predecir el lugar exacto de un posible impacto y las consecuencias que podría acarrear. En el caso de que el asteroide sea de menor tamaño, los efectos serían localizados, similares al evento de Tunguska en 1908, que devastó miles de kilómetros cuadrados de bosque en Siberia. No obstante, si el tamaño del asteroide se acerca a los 100 metros, las repercusiones serían significativamente más graves.
Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, ha indicado que la fluctuación en la probabilidad de impacto es un comportamiento esperado y ha tranquilizado al público, afirmando que «no hay razón para preocuparse». En 2021, la NASA también descartó el riesgo de impacto del asteroide Apophis en 2068 tras nuevas observaciones que eliminaron cualquier posibilidad.
En el ámbito de la defensa planetaria, la NASA ha adquirido experiencia en la desviación de asteroides. En 2022, la agencia espacial llevó a cabo la primera prueba de este tipo al impactar deliberadamente una sonda contra un asteroide inofensivo, alterando su órbita. Esta prueba ha proporcionado valiosas lecciones para el futuro ante la posibilidad de amenazas similares.