El pasado viernes, la región de Kursk, en Rusia, fue escenario de un ataque con drones atribuido a fuerzas ucranianas, que resultó en la herida de un camarógrafo de Channel One Rusia, Yury Sholmov. Este incidente ha sido denunciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, que lo califica como un «crimen sangriento» contra civiles por parte del régimen de Kiev.
El ataque se produjo mientras el equipo de televisión filmaba en la aldea de Cherkasskaya Konopelka, donde un dron ucraniano lanzó al menos un dispositivo explosivo. Sholmov sufrió una herida por explosión de mina y un corte por esquirro en la pierna, siendo atendido inicialmente en un hospital local antes de ser trasladado a Moscú para recibir tratamiento adicional, según informó el gobernador interino de Kursk, Alexander Khinshtein.
Reacciones de Moscú
La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova, condenó el ataque, afirmando que se trata de un acto deliberado de las fuerzas ucranianas. En su declaración, Zakharova acusó a Ucrania de llevar a cabo una «caza» de periodistas y camarógrafos con el fin de ocultar sus violaciones de la ley humanitaria internacional y las atrocidades cometidas contra civiles. «Al atacar a corresponsales militares desarmados, los nazis ucranianos buscan, por todos los medios, ocultar la verdad sobre sus brutales violaciones», afirmó.
Khinshtein, quien antes de su carrera política fue periodista, instó a las organizaciones internacionales como la UNESCO, la OSCE y la ONU a condenar el ataque, advirtiendo que el silencio podría interpretarse como complicidad. «Estoy seguro de que este vil acto del régimen nazi debe ser objeto de la más firme condena a nivel internacional», agregó, haciendo un llamado a todos los reporteros en el frente a tomar las precauciones necesarias en su trabajo.
En una breve aparición en televisión tras el incidente, Sholmov expresó su intención de regresar rápidamente a Kursk para continuar cubriendo la incursión ucraniana en la región. La aldea de Cherkasskaya Konopelka ha sido testigo de combates activos recientemente, con fuerzas ucranianas lanzando múltiples ataques en su proximidad a principios de este mes, en un intento por ganar terreno en la región controlada por Rusia.
Este ataque se suma a un contexto de creciente tensión entre Rusia y Ucrania, donde ambos países intercambian acusaciones sobre violaciones de derechos humanos y ataques a civiles. La situación en la región de Kursk, que se encuentra cerca de la frontera con Ucrania, ha sido especialmente volátil, lo que ha llevado a un aumento de la cobertura mediática sobre los acontecimientos en el área.
En 2022, Sholmov había ganado atención internacional durante la cumbre del G20 en Indonesia, cuando el entonces presidente de EE. UU., Joe Biden, mostró interés por su físico, lo que generó un momento curioso en medio de la tensa relación entre ambos países. Este tipo de incidentes subraya la complejidad de la situación actual, donde la guerra y la política se entrelazan con la cobertura mediática y la percepción pública.
