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La ciudad de Palmira, reconocida por su extraordinario patrimonio y restos arqueológicos, ha sido objeto de un reciente informe que documenta la devastación sufrida tras el conflicto en Siria. Inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1980, Palmira ha visto cómo gran parte de su herencia cultural ha sido destruida durante años de guerra. La caída del régimen de Bashar al-Assad el 8 de diciembre ha permitido que un equipo multidisciplinario realice un estudio de campo para evaluar el estado actual de los monumentos arqueológicos y las áreas residenciales circundantes, en comparación con su condición antes del inicio de la revuelta siria en 2011. Este informe es una iniciativa de la ONG Heritage for Peace, a través de su programa Palmyrene Voices, en colaboración con la Institución Milà i Fontanals del CSIC.
Isber Sabrine, arqueólogo del CSIC y coordinador del informe, ha manifestado la intención de concienciar tanto a las comunidades locales como a la comunidad internacional sobre las serias amenazas que enfrenta el patrimonio de Palmira. Sabrine, de origen sirio, ha trabajado junto a otros arqueólogos, como Hasan Ali y Mohammed Fares, quienes han coordinado esta importante labor con la ayuda de un equipo de 15 observadores, incluyendo ciudadanos de Palmira, arqueólogos y refugiados que han regresado recientemente a la ciudad.
La devastación de Palmira
El informe destaca que un 80% de los edificios de la ciudad se encuentran destruidos o en riesgo de colapso. Entre los desafíos históricos y recientes se incluyen las represiones durante los gobiernos de Hafez al-Assad (1971–2000) y Bashar al-Assad (2000–2024), así como los devastadores daños causados durante la ocupación del Estado Islámico (ISIS). Las áreas afectadas abarcan aproximadamente 12 kilómetros cuadrados, incluyendo el Oasis de Efqa, que fue incendiado en 2020 por el régimen de Assad. A día de hoy, los residentes que están regresando intentan salvar lo que queda de sus cultivos de palmas y olivos.
Además, el informe documenta daños en los 12 monumentos y sitios arqueológicos más importantes de Palmira, que incluyen restos romanos como el Tetrapylon y el teatro romano, ambos del siglo II, así como el Campamento de Diocleciano del siglo III y el Museo Arqueológico de Palmira. Específicamente, se ha reportado que las cuatro estructuras del Tetrapylon han sido destruidas por explosiones, reduciendo sus columnas a escombros. El templo de BaalShamin, con alrededor de 2.200 años de antigüedad, ha quedado reducido a ruinas. El teatro romano presenta evidencias de colapso en su fachada, afectada por bombardeos y se han encontrado indicios de excavaciones ilegales.
El Museo Arqueológico, que no está operativo, ha sufrido daños considerables debido a los bombardeos aéreos, dejando la mayoría de sus estatuas y camas funerarias destrozadas. A pesar de la falta de apoyo de la nueva administración, algunos voluntarios locales y guardias de la Dirección de Antigüedades intentan proteger el museo, que carece de personal administrativo.
El informe resalta la necesidad urgente de reconstruir la infraestructura básica y las áreas habitables de Palmira para que la ciudad pueda recuperar su vitalidad y los recursos humanos necesarios para gestionar su patrimonio. Sin viviendas, servicios esenciales y oportunidades económicas, el retorno de la población será limitado, lo que dificultará que los profesionales y trabajadores locales estén disponibles para la conservación del patrimonio.
Finalmente, el estudio subraya la importancia de implementar estrategias de rehabilitación y reconstrucción para el sitio arqueológico y la ciudad moderna de Palmira, enfatizando la urgencia de proteger este sitio de importancia global y facilitar el regreso de sus habitantes. Esta acción conjunta reafirma el compromiso de la Institución Milà i Fontanals del CSIC y la Iniciativa Palmyra Voices en la defensa del patrimonio cultural y la reconstrucción de una Siria postconflicto.