El origen del agua en los océanos de la Tierra
El agua que compone los océanos ha sido fundamental para el desarrollo de la vida en nuestro planeta. Sin embargo, la comunidad científica aún se enfrenta a un enigma: ¿de dónde proviene realmente el agua de la Tierra? Una de las teorías predominantes sugiere que rocas espaciales, como cometas y asteroides, pudieron haber traído agua a la Tierra a través de impactos. En este contexto, los científicos planetarios han comenzado a explorar una nueva categoría de objetos, denominados cometas oscuros, que podrían desempeñar un papel crucial en la formación de nuestros océanos.
Los cometas y asteroides son cuerpos pequeños que habitan el sistema solar y que fueron bloques de construcción esenciales de los planetas en sus etapas iniciales. Estos objetos no solo son residuos de la formación planetaria, sino que también actúan como transportadores de materiales, incluyendo hielo y materia orgánica. Tradicionalmente, se ha diferenciado entre cometas, que presentan colas de polvo, y asteroides, que no. La cola de un cometa se forma cuando el hielo se calienta al acercarse al Sol, provocando que se sublime y genere gas que arrastra partículas de polvo. En contraste, los asteroides, por su parte, son más similares a rocas clásicas sin hielo en su superficie.
Recientemente, un equipo de investigadores ha identificado una clase de cuerpos celestes que presentan características tanto de cometas como de asteroides, a los que han llamado cometas oscuros. Estos objetos muestran aceleración no gravitacional, similar a la de los cometas, lo que indica que experimentan un retroceso debido a la desgasificación, pero carecen de la cola de polvo típica. En estudios recientes, se han identificado varios de estos cometas oscuros, algunos de ellos en órbitas más elípticas y alejadas del Sol, mientras que otros orbitan más cerca de la Tierra. Aunque aún no se comprende completamente su naturaleza, se postula que podrían ser responsables de la entrega de agua a nuestro planeta durante su formación, lo que podría ofrecer nuevas pistas sobre el origen de los océanos y el desarrollo de la vida en la Tierra.
