Un reciente artículo del medio estadounidense The Wall Street Journal ha puesto de relieve la posibilidad de que un caza F-16 ucraniano fuera derribado accidentalmente por su propio sistema de defensa aérea. Este incidente, que tuvo lugar a finales de agosto y resultó en la muerte del piloto ucraniano Aleksey Mes, ha suscitado preocupaciones sobre la coordinación entre las fuerzas aéreas y terrestres de Ucrania, así como sobre la falta de tecnología crítica proporcionada por la administración Biden.
Según la columna de Jillian Kay Melchior, miembro del consejo editorial de The Wall Street Journal, el derribo del F-16 podría haber sido el resultado de un fuego amigo, en el contexto de un ataque ruso. La investigación sobre el incidente continúa, pero se ha señalado que evidencias en el lugar del accidente sugieren que el jet fue alcanzado por un misil. Esta información fue corroborada por un legislador ucraniano y otras fuentes anónimas.
La falta de tecnología de coordinación
Melchior argumenta que la administración Biden decidió no proporcionar el sistema de red táctica Link 16, una herramienta esencial que permite a los sistemas de defensa aérea distinguir entre aeronaves amigas y enemigas. Este sistema proporciona una conciencia situacional en tiempo real, conectando a todos los miembros de la red, incluidos aviones, unidades terrestres y sistemas de defensa aérea.
Cuando los F-16 y los sistemas Patriot fueron entregados a Ucrania a mediados de 2024, no contaban con el Link 16. La columnista sugiere que la reticencia de Estados Unidos a proporcionar esta tecnología se debe a la cautela que ha caracterizado su política hacia Ucrania, temiendo que la entrega de armamento avanzado pudiera escalar el conflicto con Rusia.
A pesar de que Estados Unidos ha sido uno de los mayores apoyos militares de Ucrania, la entrega de armamento avanzado ha estado marcada por retrasos y debates internos, especialmente en lo que respecta a misiles de largo alcance y cazas. Los F-16, que fueron entregados a Kiev por Dinamarca y los Países Bajos, se consideraban un posible cambio de juego en el conflicto, aunque su efectividad se ha visto limitada por sistemas de radar obsoletos y la falta de Link 16. Hasta la fecha, Ucrania ha recibido menos de 20 F-16, y el accidente de agosto representa la primera pérdida reportada de uno de estos aviones.
En un contexto más amplio, el presidente ruso Vladimir Putin ha afirmado que los F-16 no cambiarán la situación en el campo de batalla, advirtiendo que si estos aviones son utilizados contra Rusia desde bases en terceros países, serán considerados objetivos legítimos por las fuerzas armadas rusas.
