El pasado 14 de febrero, coincidiendo con la celebración del Día del Amor y la Amistad, se llevó a cabo en Nicaragua una notable ceremonia de bodas masivas en la que 260 parejas unieron sus vidas en una emotiva celebración a orillas del lago Xolotlán, también conocido como lago de Managua. Este evento, que ha sido organizado durante más de 22 años por La Nueva Radio Ya, una emisora vinculada al Gobierno, se ha convertido en una tradición que atrae a numerosos ciudadanos, especialmente a aquellos de escasos recursos.
Bodas masivas en Nicaragua: una tradición con un trasfondo social
Entre las parejas que decidieron dar el “sí, acepto” se encontraban Tania Mayorga, de 31 años, y Fabián Meza, de 44. La pareja, que se conoció hace seis meses, expresó su felicidad por formalizar su compromiso en un evento que no solo representa un paso importante en sus vidas, sino que también refleja el esfuerzo del Gobierno nicaragüense por promover la unión familiar en un contexto social complicado. “Estoy feliz porque ha llegado el día de contraer matrimonio con la persona que amo”, declaró Tania a la agencia EFE, mientras que Fabián añadió que este acto es un pacto con Dios.
La ceremonia se llevó a cabo en la Plaza de Colores del centro turístico Salvador Allende, donde las parejas desfilaron sobre una alfombra roja ante familiares y amigos. Este año, el evento fue transmitido en vivo por el canal estatal 6 y las plataformas digitales de la emisora, lo que permitió a una audiencia más amplia ser testigo de esta celebración colectiva del amor.
Los asistentes, vestidos con trajes especiales, participaron en una ceremonia que incluyó charlas matrimoniales y religiosas, además de la legalización de las uniones por parte de representantes de la Corte Suprema de Justicia y de la Alcaldía de Managua. La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, actuó como madrina del evento, lo que subraya la importancia que el Gobierno otorga a esta celebración.
Este tipo de bodas masivas no solo tiene un componente romántico, sino que también se ha convertido en una herramienta de propaganda política, ya que atrae a simpatizantes del régimen sandinista. Al finalizar la ceremonia, se rifaron premios como vacaciones en hoteles de playa y electrodomésticos, lo que añade un atractivo adicional para los participantes.
Desde su inicio, se estima que alrededor de 10.700 parejas han formalizado su unión en este evento, lo que pone de manifiesto su relevancia en la sociedad nicaragüense. La celebración de estas bodas masivas, además de ser un acto simbólico, se convierte en un reflejo de las dinámicas sociales y políticas del país, donde el amor y la unión familiar son promovidos en un contexto de desafíos económicos y sociales.
