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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, ha desestimado las críticas internas que exigen la celebración de elecciones, afirmando que quienes no estén de acuerdo con su gestión pueden «elegir otra ciudadanía». Esta declaración se produce en un contexto en el que las elecciones parlamentarias estaban programadas para octubre de 2023 y las presidenciales para mayo de 2024, pero fueron suspendidas debido a la ley marcial vigente en el país.
Durante su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Zelensky enfatizó que su prioridad principal es la supervivencia de Ucrania, argumentando que la celebración de elecciones en medio del conflicto con Rusia podría socavar la unidad nacional. «Estamos hablando del futuro de nuestro país», subrayó, sugiriendo que la actual situación de guerra no es propicia para el proceso electoral.
La postura de Zelensky y la presión internacional
En una entrevista reciente con ITV News, Zelensky reiteró que la cuestión de las elecciones ha sido planteada por los rusos, y que para llevar a cabo cualquier votación, primero se tendría que levantar la ley marcial, lo que podría resultar en la disolución efectiva del ejército ucraniano. Además, destacó que alrededor de 8 millones de ucranianos residen actualmente en el extranjero, lo que complicaría aún más la logística de unas elecciones.
Por otro lado, la presión internacional sobre Ucrania para que celebre elecciones se ha intensificado. Keith Kellogg, enviado especial del expresidente estadounidense Donald Trump para el conflicto en Ucrania, afirmó que «la mayoría de las naciones democráticas tienen elecciones en tiempos de guerra» y subrayó la importancia de que Ucrania también lo haga, considerándolo beneficioso para la democracia.
En contraste, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha cuestionado la legitimidad de Zelensky, argumentando que su mandato no tiene validez legal y que cualquier acuerdo de paz entre Moscú y Kiev debe ser sólido desde el punto de vista jurídico. El Kremlin ha manifestado que sigue abierto a negociaciones, a pesar de las dudas sobre el estatus legal del presidente ucraniano.
La situación en Ucrania sigue siendo compleja, con un equilibrio delicado entre la necesidad de mantener la unidad nacional en tiempos de guerra y las exigencias de la comunidad internacional por un retorno a la normalidad democrática. La postura de Zelensky refleja la difícil realidad que enfrenta el país, donde la guerra y la política se entrelazan de manera inextricable.