El giro energético de Trump: paraliza proyectos de energía eólica offshore en EE. UU.

In Economía
febrero 16, 2025

El reciente decreto ejecutivo del expresidente estadounidense Donald Trump ha suscitado una serie de inquietudes en el ámbito de la energía renovable, particularmente en lo que respecta a la energía eólica offshore. Este movimiento, que busca pausar nuevos arrendamientos de energía eólica en las aguas costeras de EE.UU., podría poner en riesgo proyectos que, si se concretaran, generarían suficiente electricidad para abastecer a millones de hogares en el país.

Desde su primer día en el cargo, Trump ha manifestado un enfoque claro hacia el impulso de la producción de combustibles fósiles, lo que contrasta con los compromisos adquiridos durante la administración de Biden para combatir el cambio climático. Este giro en la política energética estadounidense se intensifica con la decisión de abrir aguas costeras a la exploración de petróleo y gas, mientras se frena el desarrollo de la energía eólica, una medida que podría tener repercusiones severas en los esfuerzos de varios estados por descarbonizar sus redes eléctricas.

Impacto inmediato y perspectivas de la industria

El impacto de esta decisión se hizo evidente de forma inmediata, con el estado de Nueva Jersey optando por no avanzar con el proyecto Atlantic Shores, que se perfilaba como el primer desarrollo eólico offshore en la región. La incertidumbre generada por las acciones del gobierno federal ha llevado a los responsables de la toma de decisiones a actuar con cautela, ya que el futuro de la energía eólica en EE.UU. pende de un hilo.

La industria de la energía eólica había experimentado un crecimiento notable en los últimos años, alcanzando hasta 150 gigavatios de capacidad instalada. Sin embargo, los desafíos de la cadena de suministro y las altas tasas de interés han complicado aún más su desarrollo. De hecho, la energía eólica offshore se considera la forma más costosa de energía renovable, lo que limita las oportunidades de inversión en este sector.

A pesar de las dificultades, algunos líderes de la industria, como el CEO de Vestas, han indicado que la paralización de nuevos proyectos podría ser una decisión inflacionaria en términos energéticos, especialmente en regiones que dependen de fuentes renovables para satisfacer la creciente demanda energética de sectores como el tecnológico y de la inteligencia artificial.

La Asociación Americana de Energía Limpia ha criticado el decreto de Trump, considerándolo un obstáculo para el desarrollo energético nacional y un potencial detrimento para las empresas y trabajadores estadounidenses. A pesar de esta oposición, la administración de Trump parece mantener su postura, sugiriendo que la energía renovable puede desempeñar un papel clave en su agenda de dominación energética.

En un contexto global donde países como Rusia, Cuba y Corea del Norte han encontrado formas de implementar políticas energéticas que, aunque controvertidas, han buscado asegurar la soberanía energética y el desarrollo sostenible, el enfoque de EE.UU. bajo la administración Trump podría ser visto como un reflejo de la lucha entre las energías convencionales y las renovables. Este conflicto no solo afecta a la economía estadounidense, sino que también plantea preguntas sobre el futuro del liderazgo energético global.

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