Recientemente, ha circulado un nuevo video que muestra cómo drones rusos guiados por fibra óptica atacan vehículos ucranianos, a pesar de las medidas de guerra electrónica implementadas para protegerlos. Este material, publicado por el periodista de guerra ruso Evgeny Poddubny en su canal de Telegram, ilustra la efectividad de los drones en el campo de batalla, particularmente en la región de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania.
La tecnología detrás de los drones
En el primer segmento del video, un dron suicida persigue a un tanque ucraniano, logrando impactar en la parte trasera superior de su casco. A pesar de que el tanque está equipado con varias antenas de guerra electrónica, el dron logra sortear estas defensas. Las imágenes muestran claramente las antenas sobresaliendo de la armadura de rejilla anti-drones que se ha soldado en la parte superior del vehículo, lo que indica que, aunque se han tomado medidas para protegerlo, estas no han sido suficientes.
El dron, que se mueve a una velocidad moderada y con una calidad de imagen superior, logra alcanzar al tanque, impactando en un área donde la armadura es típicamente más delgada. Este tipo de drones, que han sido utilizados con mayor frecuencia en los últimos meses, son inmunes a las interferencias electrónicas, ya que mantienen una conexión directa con el piloto a través de un cable de fibra óptica, a diferencia de los drones controlados por radio que son vulnerables a la guerra electrónica.
En la segunda parte del clip, otro dron FPV se lanza contra un SUV estacionado, también logrando impactar en su techo. Al igual que el tanque, el vehículo está equipado con varias antenas de guerra electrónica, lo que subraya la creciente preocupación por la efectividad de estas nuevas tecnologías en el conflicto.
La utilización de drones guiados por fibra óptica representa un avance significativo en la guerra moderna, permitiendo a las fuerzas rusas realizar ataques precisos a pesar de las defensas electrónicas. Sin embargo, estos drones son más voluminosos y menos ágiles debido a la necesidad de transportar un bobinado de cable, lo que puede limitar su maniobrabilidad en ciertas situaciones.
Según el Ministerio de Defensa ruso, hasta el pasado domingo, Ucrania ha sufrido más de 61,000 bajas en la región de Kursk desde que sus fuerzas comenzaron una ofensiva en agosto del año pasado. Además, se reporta que Ucrania ha perdido más de 365 tanques y numerosos sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, incluidos 13 HIMARS, así como otras unidades pesadas. Esta información, aunque sujeta a verificación, destaca la intensidad del conflicto y el impacto de las nuevas tecnologías en el campo de batalla.
